Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de octubre de 2025
Don Juan cree asistir a la resurrección de su antigua Cristeta, la que salía del teatro en su primera época de comedianta pobre. No se ha equivocado; ella es. Dame el brazo le dice en voz baja y acercándose. Cristeta obedece, y el galán, al rozar el cuerpo de su amada, siente algo parecido al latigazo de una descarga eléctrica. La mujer tiembla pudorosamente, pero sin medrosa hipocresía.
Ya sabéis que yo soy inocente. Podéis estar seguro de ello; pero hablad. Gabriel Cornejo, ha estado en galeras por robos y homicidios. ¡Ah! Es galeote huído. Más, más que eso; con eso sólo tiene que ver la justicia ordinaria, y de la justicia ordinaria no podemos valernos. ¿No decís que esa comedianta pidió un bebedizo á ese hombre? Sí, señora.
¿Hace mucho tiempo que conocéis á mi amiga? dijo la comedianta entablando ya decididamente una conversación. Es un conocimiento nuevo dijo don Bernardino, que tenía el vicio de introducirse en todas las conversaciones, por más que nada le importasen. Este caballero dijo secamente Juan Montiño , se ha tomado el trabajo de responder por mí. Pero es que yo os he preguntado á vos.
¿Sabéis que ya me incomoda el que me habléis tanto de mi mujer? Como que estoy enamorado de ella... Vos no amáis más que á esa comedianta que os tiene vuelto el juicio... Puede ser, porque tratándose del juicio de los hombres, no conozco cosa que tanto se lo vuelva como las mujeres.
¡Os ha traído don Francisco!... No creí yo que alguna vez fuese para mí una desgracia mi amistad con Quevedo. ¡Ah! Quevedo es tal que no sólo no puede confiarse en él, sino que tampoco de una persona con quien él haya hablado tan sólo dos veces. Montiño estuvo á punto de decir á la comedianta que Quevedo tampoco se fiaba de ella.
Ya sabemos que Dorotea era la hermosa de moda; es decir, la comedianta que por orgullo enriquecía el duque de Lerma, la niña de los grandes ojos azules y del seno de nácar, que enloquecía á los galanes de Madrid; la reina de las entretenidas, como diría un francés de nuestros días; la tentación viviente y continua del corral de la Pacheca, aquella á quien si por comedianta excelente hubiera aplaudido siempre el público, aplaudía con frenesí, por inimitable comedianta y por incomparable en hermosura.
Cuando el pensionista se levanta, usted, sublime comedianta, le hará una reverencia. De todas formas, lo habrá salvado de la desesperación y del tedio; habrá suscitado usted en él la voluntad de vivir, que es el auxiliar más eficaz del médico.
Nada, y estoy con sumo cuidado: salió á las ocho, son las nueve y media, él no conoce á nadie en Madrid... como no sea á esa comedianta con quien tuvo amores... pero no hay que pensar en que... yo no quiero pensar en ello. Ni hay para qué dijo Quevedo ; amores de un día han sido, ó por mejor decir, conocimiento de un día, y aun así conocimiento simple.
Creo que estamos en los momentos de mayor peligro, doña Clara dijo el padre Aliaga ; y os engañáis, no vacilo; soy prudente y nada más; ¿creéis que nuestros peligros puedan estar en un ropavejero y en una comedianta? Ellos pueden difamar á su majestad.
Al pasar junto á dos comadres que charlaban en una esquina, oyó las siguientes palabras: Os digo que la he visto; yo misma con estos ojos que se ha de comer la tierra: es la comedianta Dorotea; pero se ha quedado que espanta; está que da compasión verla: los ojos hundidos, que le cabe un puño en cada uno; la boca torcida... ¡ella, que era tan hermosa!... dicen que ha muerto de repente.
Palabra del Dia
Otros Mirando