Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de mayo de 2025
El ritual de sus supersticiosas creencias estaba circunscrito á pesadas salmodias en que relataban las virtudes y hazañas del que adoraban, repartiéndose en sus rezos, cual en sus fiestas, tortas hechas de arroz, pescado y frutas, las que comían con el atole, bebida espirituosa confeccionada con los jugos del coco.
Algún otro coco habrá de mayor talla por ahí... sabe Dios en dónde. Pero ¿qué te importa a ti que le haya o no le haya? dirás tú. Y con muchísima razón. A mí ¿qué me importa, ni qué motivos hay, ni quién soy yo para que me importe?
Luego echaba a correr, riendo y hablando en una jerga que quería ser muy culta y ciudadana; y se iba a preparar a la niña Ana, lo cual hacía muy bien, unos tamales de dulce de coco y un chocolatillo claro, que era lo que con más gusto tomaba, por lo limpio y lo nuevo, nuestra linda enferma.
El coco podría ser la base de la riqueza de Marianas. Los rendimientos que producen al Estado las islas Marianas en todos sus conceptos ascienden á unas 17.000 pesetas. Los ingresos que se recaudan en las cajas de propios y arbitrios para atender á las perentorias necesidades locales, ascienden á la suma de 10 á 10.500 pesetas.
HELADO DE COCO. Prepárese igual que el anterior, pero en lugar de echar almendra, échese coco rallado. MANTECADO DE BIZCOCHO. Se hace un bizcocho en molde, se deja en el centro un hueco; se saca a un plato frutero, y al tiempo de servirlo se llena el hueco de mantecado.
La expansión, dulcemente truhanesca, que le llamaba con los vulgares nombres de petit coco ó mon gros cheri, hacíale sonreír juvenilmente bajo su barba venerable. Era una pasión que alegraba el ocaso de su vida, que resucitaba su alma casi en las puertas de la vejez.
Pasó por su rostro una expresión tan maligna al hablar así, que su marido se levantó del sillón frunciendo las cejas. Piensa lo que dices... Necesito que me aclares esas palabras. Pero no pudo seguir hablando. Ella había transformado completamente la expresión de su rostro, y empezó á reir con carcajadas infantiles, al mismo tiempo que chocaba sus manos. Ya se ha enfadado mi cocó.
Esta, Adela le dijo Juan, poniendo ante ella, antes de sentarse, una de las tazas de coco negro, en la que la espuma hervía tornasolada. ¡Malvado! le dijo Adela, mientras que todos reían ; ¡me has dado la de la ardilla! Eran unas tazas, extrañas también, en que Juan, amigo de cosas, patrias, había sabido hacer que el artífice combinara la novedad y el arte.
La casa era de caña y nipa, y todo su ajuar se reducía á dos lancapes, una mesa, una banga y unos cuantos tabos de coco, destacándose en las paredes varias estampas pegadas con morisqueta. El indio nos dijo llamarse Ambrosio, estaba casado y tenía dos hijos. Veamos las necesidades morales y materiales de aquella familia.
Entonces sí demostró que en el fondo de su ser existían instintos y sentimientos maternales; entonces sí que abrazó y besó con efusión tiernísima a la hija que había llevado en sus entrañas... Y tanto se excitó, que temiendo le diera un síncope, quitáronle de los brazos a la nena. «Sí, que te lleven, que te quiten de mi lado... No merezco tenerte... Me tienes miedo, rica... Como que cuando seas mañosa, no te dirán 'que viene el coco', sino 'que viene tu madre'. ¡Ay, qué pena!... Pero estoy conforme.
Palabra del Dia
Otros Mirando