Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de mayo de 2025
Se distinguían perfectamente las palmas de coco, las cañas de azúcar, las sensitivas gigantes y hasta los arbustos. La tierra toda hasta la misma orilla del mar estaba cubierta de espesísimos bosques.
Dos riachuelos que en tiempo de secas son completamente inofensivos, pero que en las grandes avenidas hacen imposible su vadeo, y que corre el primero á la salida del pueblo, y el segundo á un tiro de fusil de aquel, mostraban al viajero las ruinas de sus dos puentes, habiéndose establecido sobre las del último un arriesgado paso, formado de troncos de coco.
Siempre hemos mirado este árbol como un gran recurso; pero, francamente, hasta que no hemos estudiado de cerca al salvaje, hasta que en nuestra estancia en Marianas no hemos vivido entre las primitivas costumbres del carolino, nunca pudimos comprender las varias y múltiples aplicaciones que tiene el coco, llamándosele, con toda propiedad, la riqueza de la floresta y la providencia del salvaje.
Es una especie de palmera cuya altura varía entre diez y veinte pies, que tiene un tronco muy corto coronado de grandes frondas de color verde brillante. Sus flores despiden un perfume muy fuerte, su fruto se asemeja un tanto al del coco y echa desde cuatro hasta nueve bayas por árbol.
De árbol á árbol se suspende un rústico andamio, formado de dos cañas paralelas, por las que cada veinticuatro horas recorre el mananguitero todas las cimeras de las palmas. El mananguitero lleva colgado á la cintura el cabuic, ó sea un cilindro hueco de madera, en el que vacía los jugos que encuentra en cada coco.
Cada cual se comía una yema de chocolate, y después tomaron otra de coco. Lejos del oído impertinente de doña Lupe y doña Casta, Aurora se secreteó con Fortunata: «Se han ido todos esta tarde... El primo Manolo va también con ellos». v Aquí cuadra bien decir que Fortunata y la viuda de Fenelón se habían hecho muy amigas.
Una treintena de indios é indias están sentados en el sajig; un indio templa las dobles cuerdas de metal de su guitarra, y un individuo del sexo fuerte y otro del débil, esperan que aquella esté á punto, teniendo la mujer sobre la cabeza una taza llena de vino de coco.
Vimos una india llamada Ignacia, de un conjunto altamente simpático y agradable, sobresaliendo en ella un larguísimo y negro pelo, rasgo peculiar y distintivo de Filipinas, en donde los hemos visto como en parte alguna; consecuencia, sin duda, de no mortificar las raíces, pues generalmente lo llevan suelto, y sobre todo, por la fortaleza y consistencia que prestan los jugos del coco, aceite, cuyas propiedades es de todos reconocida.
Palabra del Dia
Otros Mirando