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Actualizado: 29 de junio de 2025
Yo para vos, los pajarillos nuevos, Diversos en el canto y los colores Encerraba, gozoso de alegraros; Yo plantaba los fértiles renuevos De los árboles verdes, yo las flores En quien mejor pudiera contemplaros, Pues á los aires claros Del alba hermosa, apenas Salistes, Carlos mío, Bañado de rocío, Cuando, marchitas las doradas venas El blanco lirio convertido en hielo, Cayó en la tierra, aunque traspuesto al cielo. ¡Oh, qué divinos pájaros agora, Carlos, gozáis, que con juntadas alas Discurren por los campos celestiales En el jardín eterno!... .»
Hotba ó Kotba equivale á sermon, plática, arenga. En ella se contiene una especie de rogativa por la salud del soberano reinante, que concluye en estos términos: «Oh mi Dios, sé misericordioso con los Califas ortodoxos, distinguidos por la doctrina, la virtud y los celestiales dones de que los has colmado, que han juzgado y obrado segun la verdad y la justicia. ¡Oh mi Dios!
Alumbraban aquel árbol de la vida candilejas en tal abundancia, que, según la relación de un convidado de cuatro años, hay allí más lucecitas que estrellas en el cielo. El gozo de la caterva infantil no puede compararse á ningún sentimiento humano; es el gozo inefable de los coros celestiales en presencia del Sumo Bien y de la Belleza Suma.
Aun las mismas almas celestiales y puras, enamoradas del amor, de la gloria y de todo lo bueno y santo, andan también enamoradas del dinero, como medio excelente de que tengan buen éxito aquellos otros enamoramientos etéreos. La generalidad de los hombres ama más el dinero que la vida.
Por los Dioses celestiales, que no lo sé, dixo el soldado, ni me importa; mi oficio es matar ó que me maten para ganar mi vida: servir aquí ó allí, es para mí todo uno; y aun puede ser que me pase mañana al campo de los Indios, que dicen que dan á los soldados cerca de media-dracma de cobre al dia mas que en este maldito servicio de Persia. Si quereis saber porque pelean, hablad con mi capitan.
El diccionario, en su opinión, era epítome del universo, prontuario sucinto de todas las cosas terrenales y celestiales, clave con que descifrar los más insospechados enigmas. La cuestión era penetrar esa clave secreta, desarrollar ese prontuario, abarcar de una ojeada ese epítome.
Y que no le disputara esta gloria Juana Trujillo, madre de Baldomero, la cual había muerto el año anterior, porque Asunción probaría ante todas las cancillerías celestiales que a ella se le había ocurrido la sublime idea antes que a su prima. Ni los años, ni las menudencias de la vida han debilitado nunca el profundísimo cariño de estos benditos cónyuges.
«Inagotable manantial de vida «Que fecunda la savia bendecida «Del árbol de la sacra libertad; «Árbol que ostenta flores inmortales «Teñidas de colores celestiales, «Con que perfuma Dios la humanidad.
Pablo, mientras tanto, aumenta cada día el catálogo de sus delitos, pero la gracia divina no deja de buscarlo. Aparécesele el alma de Enrico cuando la llevan al cielo los ángeles; pero esta aparición, que debiera excitar la esperanza en su ánimo, es inútil. Todas las exhortaciones celestiales no logran desvanecer su desconfianza.
La conciencia le decía a Bonis: «Ya no volveré a estar alegre, sin cuidados; pero ya no seré jamás infeliz del todo... si me vive el hijo». El mundo adquiría de repente a sus ojos un sentido sólido, positivo; se hacía él más de la tierra, menos de lo ideal, de los ensueños, de las nostalgias celestiales; pero también la vida se hacía más seria; seria de una manera nueva.
Palabra del Dia
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