Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de octubre de 2025


El carácter del hijo del brigadier nunca pudo modificarse, ni por las buenas ni por las malas; últimamente ya se había renunciado a corregirle y se le castigaba únicamente cuando las travesuras subían de punto.

La señorita Gabriela, objeto frecuente de las iras del niño, a causa, sin duda, de que sólo ella le corregía y le castigaba, pasaba ratos muy amargos. El corcovadito la aborrecía de muerte, como a todos cuantos se oponían a sus caprichos y deseos, y a la menor corrección la insultaba con dichos y palabras de taberna. La joven solía implorar en su defensa la autoridad del señor Fernández.

Subía al alcázar de proa, inspeccionaba el sollado, recorría el barco mirándolo todo, riñendo porque no encontraba las cosas bastante limpias, y al final de su paseo escalaba la toldilla de popa y se apoyaba en unos de los cañones. Así permanecía silencioso, sumido en sus pensamientos. Si en estos días de fiesta algún vasco, imitando a los demás, blasfemaba, Zaldumbide le castigaba cruelmente.

577 Llora la pobre afligida, pero el indio, en su rigor, le arrebató con juror al hijo de entre sus brazos, y del primer rebencazo la hizo crujir de dolor. 578 Que aquel salvaje tan cruel azotándola seguía; más y más se enfurecía cuanto mas la castigaba y la infeliz se atajaba los golpes como podía.

Taric mandó quemar sus naves para quitar á su ejército la seguridad de salvarse de la muerte, si con algun revés lo castigaba la fortuna: accion que fué imitada nueve siglos despues, en la conquista de los reinos de Nueva España, por el famoso capitan Hernan Cortés, i que tan alabada ha sido por los historiadores de aquella empresa.

Alicia se había casado con un duque francés que tenía veinte años mas que ella, y á los pocos meses de matrimonio daba mucho que hablar á las gentes. Doña Mercedes, ofendida, la castigaba viéndola muy de tarde en tarde, con la esperanza de que este desvío hiciese imitar finalmente á la duquesa de Delille las tradiciones maternales.

Esta buena señora, que era a quien más debía, jamás le reñía ni castigaba, ni le decía siquiera una palabra desagradable: tratábalo con extremada dulzura, le acariciaba como si fuese su hijo y ocultaba y disculpaba sus pequeñas travesuras. Cuando llegó a los doce años, se reunieron en cónclave las damas y deliberaron acerca de lo que debía hacerse con el chico.

Transcurrieron algunos días. El enojo de D. Jaime por el desaire recibido fue creciendo. En su interior no daba toda la culpa a Rosa; hacia partícipe a su hermano por haber tolerado el galanteo de Andrés una porción de meses con señales de no disgustarle. Después, pensaba que Tomás no había hecho lo bastante por complacerle, no había obrado con suficiente energía para rendir a Rosa a recibirle por esposo. Porque si bien era verdad que la castigaba, y a veces cruelmente, estos castigos quedaban desvirtuados por el efecto de consentirla pasar tardes enteras con su amante en el molino; y aunque últimamente habían cesado estas visitas, todavía no usaba con ella de la debida vigilancia, porque en todas partes y a todas horas se veían y se hablaban, de lo cual era testigo el pueblo.

Sentía su alma bañada en divina tristeza cuando el padre-dios, iracundo y bondadoso a un tiempo, la castigaba por su desobediencia, aletargándola sobre el peñasco que había de rodear el fuego con un muro rojo de ondeantes almenas.

, Periquillo, estás perdonado repuso haciendo una mueca graciosa y soltando el dedo para apretar la mano del joven. ¡Ay, bien qu'ora la castiga! ¡Ay, bien que la castigaba! Y mejor enterados los otros, respondían: ¡Ay, con varillas de oliva! ¡Ay, con varillas de malva!

Palabra del Dia

aprietes

Otros Mirando