Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de octubre de 2025


No se mide la dicha por la yunta como la tierra; se mide , con la resignación que Dios ha dado al pobre como al ricoOtra vez encuentro el retrato de mi madre a los treinta y ocho años; helo aquí: Es de noche; las puertas de la casita de campo están cerradas. Un perro ladra de cuando en cuando.

Una cascadita que salta por encima del león, cayendo en un estanque, una capilla cercana, una casita elegante dentro de la cual se hallan de venta mil curiosidades, y los pabellones de verdura que rodean el monumento, completan el gracioso cuadro.

Entre tanto, el rey me ha dado esa casita y algunas tierras acá en el sur, y de su producto vivimos. ¡Á ver, muchachos! ¿Cuál es el precio de los dos pulgares de vuestro padre? Veinte vidas escocesas, contestó el mayor. ¿Y por los otros cuatro dedos que me faltan? Diez vidas más, dijo su hermanito. Total treinta.

Los rumores se forman así, hablando y oyendo todo el mundo simultáneamente. Pero, hijita, no hay forma de saber nada. Ya sabes que yo no soy politiquera la mujer en su casita ; pero, claro, he tratado de explorar, de averiguar algo por medio de una amiga que es muy amiga de una parienta del doctor Crotto. Nada, hijita, no he podido saber nada, porque el doctor Crotto tampoco sabe nada.

Fuera de Sevilla podemos citar un tipo de casa esencialmente plateresco, bellísimo por cierto, y acreedor á una monografía, que por lo menos nos conserve su memoria, pues, dado el relativo abandono en que se encuentra, sinó desaparece, sufrirá las consecuencias de restauraciones que la priven de su carácter primitivo adulterando sus preciosos ornatos. Nos referimos á la casita del Sr.

Aprovechando aquellos momentos de flaqueza del terrible cura, con la ayuda de su madrina alquiló una casita no muy lejos de la iglesia y se trasladó a ella. Una antigua criada de D.ª Eloisa vino a servirle y a ser su ama de gobierno.

Vivía la anciana con el moro en una casita, que más bien parecía choza, situada en los terrenos que dominan la carretera por el Sur. Almudena iba mejorando de la asquerosa enfermedad de la piel; pero aún se veía su rostro enmascarado de costras repugnantes: no salía de casa, y la anciana iba todas las mañanitas a ganarse la vida pidiendo en San Andrés.

Sólo el hecho de haberme citado en la Moncloa demuestra que esta pobre chica no tiene experiencia ni pizca de malicia. ¡Está monísima! Ahora, ahora que no está en Madrid el bestia de su marido, es cuando tengo que domesticarla. Y ha de ser en mi casita. ¡Venus a domicilio! ¡Vaya si vendrá! La verdad es que lo más cómodo es que ellas vengan a verle a uno. ¡Y cómo les gusta!

¡En las horas de descanso del día presente cuando en el jardín de la casita en que vivimos lo veo rodeado de mis hijos, que le llaman abuelo, pulcramente vestido de negro, aunque conservando el mismo paso cadencioso y rítmico de los primeros días en que le conocí suelo evocar los viejos recuerdos, y comparando mi existencia de los días oscuros con los que después alcancé, comprendo cuánto le debo y cuál fue mi suerte al encontrarlo en el camino de la vida!

Á una ventana del primero y único piso de la casita se asomaba un individuo que parecía contemplarlos con curiosidad. Mirándole estaba Tristán cuando salió corriendo del mesón una robusta moza, riéndose á carcajadas y perseguida de cerca por un truhán que muy pronto desapareció, lo mismo que la muchacha, entre los árboles del huerto.

Palabra del Dia

reclinándose

Otros Mirando