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Actualizado: 14 de junio de 2025


¡Usted! gritó con una nota de pecho que hizo vibrar los cristales. ¡Usted, con quien me casé para que mi querida niña no muriese de hambre! ¡Usted, perro al que llamé a mi lado para alejar de a los hombres! ¡Usted!... No pudo continuar.

Afortunadamente, pensaba, nada se ha hecho aún. Se puede buscar otro expediente. El conde está enamorado y es padre; haré de él lo que quiera. Si es absolutamente necesario que se case para que legitime a su hijo, ya encontraremos otra enferma cuya muerte sea más segura y cuyo mal no sea contagioso.

The introduction of the secondary plot, affording the excuse for the prominent place given to the gracioso, is a device which Lope, like his great English contemporary, often uses as in this case with good effect.

Como no me case con algún señorito de estos lugares, para quien sólo puedo ser un partido proporcionado, en que ni él se sacrifique, ni yo sea para él un dote y no una amada compañera de toda la vida, no veo novio adecuado para en el mundo. Mi único amor será este....

La credulidad, la confianza que le he mostrado, me impiden hablarle alto... No puedo, a pesar de todo, pedirle que se case conmigo si él no lo desea o si no encuentra que soy un buen partido para su ambición. Luciana le dije turbada en extremo. Temo no poder cumplir una misión tan delicada; no sabe usted lo tímida que soy. Su bondad de usted la inspirará.

Mi tutor consiente en que me case con su sobrina de usted; ¿quiere usted concederme su mano?" puedes estar seguro de que te pondrían en la puerta con todos los honores debidos á tu posición de hijo adoptivo de un hombre execrado.

Y así me casé con ella, y hasta agora no estoy arrepentido; porque, allende de ser buena hija y diligente, servicial, tengo en mi señor acipreste todo favor y ayuda. Y siempre en el año le da en veces al pie de una carga de trigo, por las Pascuas su carne, y cuando el par de los bodigos, las calzas viejas que deja; e hízonos alquilar una casilla par de la suya.

Decidlo pronto. Que se quede con nosotros, y para eso, que se case usted, don Federico; de esta suerte se nos quitaría el continuo sobresalto en que vivimos, de que se nos quiera usted ir a su país, porque, como dice el refrán: ¿Cuál es tu tierra? La de mi mujer. Stein se sonrió. ¿Que me case? dijo ; pero ¿con quién, mi buena tía María?

Quiso hacerle callar Laura... Pero ella prosiguió, después de una pausa: Pues si ganas la apuesta, cumplirás lo prometido... ¡Acuérdate!... La que casara con Vázquez debía dotar a su hermana... Pérez no tiene con qué casarse... y Vázquez, ya casados, para que también me case yo, me regalarán una casita en Buenos-Aires... Adolfo me la amueblará... ¡Y todos seremos muy felices!... ¡Acuérdate!...

¡Oh! ¡le ama! exclamó el bufón. ¡Que se case con otra!... , , todo puede suceder... pero por ahora... Puede ser que ame á otra. ¡Que ame! ¡es que me avisáis! dijo Dorotea conteniéndose pero temblando ; ¿es verdad que ama á otra mujer? ¿será verdad lo de la reina? No; lo de la reina, no; pero el señor Juan Montiño tiene amores en palacio. ¿Y con quién? Con doña Clara Soldevilla.

Palabra del Dia

rigoleto

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