Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de junio de 2025


Sus dignos camaradas de generalato le siguen no cuántos procesos de carácter político; pero lo peor es que, recientemente, han empezado a acusarle por el asesinato del ingeniero. Nadie cree ya en el accidente del automóvil. Parece que fueron muchos los que presenciaron lo ocurrido desde sus ventanas prudentemente entornadas.

Al amparo de los árboles se formaban en hileras las carretillas ocupadas por los heridos. Oficiales y soldados permanecían largas horas en la sombra azul viendo cómo pasaban otros camaradas que podían valerse de sus piernas. La santa gruta resplandecía con el llamear de centenares de cirios.

Es igual; ¡qué bien se encuentra uno en su casa! ¡Eh, Luisa! ¡Ven y siéntate un momento aquí! ¡Mire usted, papá Juan Claudio, con esta personilla a un lado, el jamón al otro y la jarra en frente, en menos de quince días me reponía completamente; no me reconocían los camaradas de la compañía!

Con los diez ducados de plata que el buen abad había depositado en su escarcela podría vivir escasamente un mes, pero no doce. Su única esperanza era reunirse cuanto antes á los dos camaradas por quienes sentía el afecto que ellos también le habían mostrado.

Quizá no tenía nada que decir. Carecía de camaradas, excepto cuando nosotros lo protegíamos, y en honor de la verdad, nos divertía bastante. No hacía viento para hinchar una gorra, y ya se mareaba; nunca pudo acostumbrarse a la vida de a bordo.

¡Qué carrera! continuó . Es de los que llegan jóvenes á los grados más altos, como los generales de la Revolución... ¡Y qué de hazañas! El militar sólo había mencionado ligeramente en sus cartas algunos de sus actos, con la indiferencia del que vive acostumbrado al peligro y aprecia en sus camaradas un arrojo igual.

Mi criado, soldado viejo, y por lo tanto acostumbrado a las largas marchas y al fastidio de las soledades, había procurado distraerse durante el día, ora cazando al paso, ora cantando, y no pocas veces hablando a solas, como si hubiese evocado los fantasmas de sus camaradas del regimiento.

Ahora llevaba como invisibles camaradas de viaje la desesperación y el aburrimiento, y cuando conseguía huir de uno, caía en los brazos del otro. Se había embarcado apresuradamente, creyendo encontrar la fortuna lejos de los Estados Unidos; pero se sentía cada vez más triste así como iba alejándose de su tierra natal. Era el amor el que le había aconsejado esta resolución desesperada.

El soldado y la señora doña Tomasa, que también habían regalado al Alguacil, por más protestas que le hicieron entonces, no le pudieron poner en razón, y ya a estas horas estaban los dos camaradas tan lejos dellos, que habían llegado al río y al Pasaje , que llaman, por donde pasan de Sevilla a Triana y vuelven de Triana a Sevilla, y, tomando un barco, durmieron aquella noche en la calle del Altozano, calle Mayor de aquel ilustre arrabal, y la Vitigudino y su galán se fueron muy desairados a lo mismo a su posada, y el Alguacil a la suya, haciendo mil discursos con sus trecientos escudos, y el Cojuelo madrugó sin dormir, dejando al compañero en Triana, para espiar en Sevilla lo que pasaba acerca de las causas de los dos, revolviendo de paso dos o tres pendencias en el Arenal .

Caía menuda lluvia cuando los dos camaradas empezaron á recorrer las calles de Burdeos, después de dejar bien cuidados sus corceles y el del barón en las caballerizas del príncipe.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando