Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de julio de 2025


En el obrador, Tono tenía su víctima: el pobre Menut, un muchacho enclenque que meses antes aún era aprendiz, y al que los camaradas reprendían por el excesivo afán de trabajo que mostraba siempre, ansiando un aumento de jornal para poder casarse. ¡Pobre Menut!

Los dos camaradas corrieron hacia el muelle, doblando el cuerpo para hacerse más pequeños ante las balas con que los perseguía el enemigo. Otros siguieron defendiéndose rudamente á sus espaldas. Llegaron al puerto á tiempo para ver cómo uno de los vaporcitos huía río arriba, perdiéndose en la noche, y cómo el otro empezaba á apartarse del muelle de madera. Esto no extrañó á Jaramillo.

La convalecencia fue larga: en ella se gastaron primero los ahorros; luego el préstamo tomado sobre la ropa dominguera, la capa de él y el mantón de ella; después algún socorro de camaradas y vecinos, y por último, un donativo de la Caja de resistencia en huelgas. En nuevo trabajo no había que pensar; porque el brazo perdido era el derecho.

Pero en la presente noche el viejo se mostraba taciturno y más dispuesto á las lamentaciones que á distraer á camaradas. Y siempre será así continuó . El mal no tiene remedio. Siempre habrá ricos y pobres, y los que han nacido para servir á los otros tienen que resignarse con su triste suerte. Bien lo decía mi abuela, y eso que fué mujer.

El dueño del horno le trataba con cierto miramiento, como si le temiera, y los camaradas de trabajo, pobres diablos cargados de familia, se evitaban compromisos sufriéndolo con sonrisa amistosa.

El que desease morir ó matar no tenía mas que ir al frente, como los demás... Pero Martínez, que aún no se había retirado, intervino, entablando con ellos una rápida discusión. ¿Querían ó no querían hacerle el favor que les había pedido como camaradas? Los dos manifestaron un pensamiento.

Por esta causa fueron condenados a cinco años de galeras; el mayor consiguió escaparse, pero no habiendo conseguido favorecer la evasión de su hermano, volvió a ingresar en presidio, por no querer abandonar a aquel ser querido. En fin, dos valientes y leales camaradas, si los hay; pero, ¿qué queréis? enfrente de la muerte está permitido sentirse un poco egoísta.

Marchose el general, y la madre y el hijo no habían vuelto de su sorpresa cuando se abrió de nuevo la puerta. Eran dos antiguos camaradas de Saint-Cyr de guarnición en Noyon. Dispénsenos usted, señorita, pero queríamos absolutamente presentar a usted nuestros respetos y estrechar la mano del capitán antes de su partida.

Al verle de pie, sus dos camaradas se aproximaron sonriendo á Ferragut, «¿Qué deseaban tomarLes invitó á sentarse en torno de su mesa; pero tenían prisa: iban á ver al consignatario de sus barcas. Ya lo sabe, capitán dijo el patrón al despedirse . Esos demonios le buscan para jugarle una mala pasada. Usted sabrá por qué... ¡Mucho ojo! En el resto de la tarde hablaron poco Ferragut y Tòni.

No llegó a perdulario, ni con cien leguas; pero rompió muchos zapatos jugando en las plazuelas con otros camaradas; se descalabró bastantes veces, y no volvía a casa, de retorno de la escuela o del paseo, con la ropa más limpia ni más entera que la de cualquier otro muchacho de buenas agallas.

Palabra del Dia

ros

Otros Mirando