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Actualizado: 2 de julio de 2025
Pronto se hallaron los tres camaradas en la extensa población construída al pie de la antigua iglesia y del amenazador castillo.
Después de beber «Brudeschaft» Hermandad con Polsikov, bebió con Troitzky, Novoselov y otros camaradas; cambiaba besos con todos y los miraba con ojos amorosos y tiernos. El subjefe no bebió «Brudeschaft» con él, pero le dijo amistosamente: Venga usted por casa alguna vez. Mis hijas verán con curiosidad a un hombre a quien le gustan las negras.
Algunos «camaradas» son ahora ministros en compañía de los burgueses, para servir al país. Yo hago la cama á los ricos, para que coma mi familia.... ¡Ay, mi hijo! Adivino su deseo de echar mano á la cartera que lleva sobre el pecho para extraer cierto pliego mugriento y rugoso. Ya me leyó dos páginas media hora después de haber subido al vagón.
Nada de romanticismo, ¿eh, Rafaelito?... Si quiere usted que sigamos amigos, sea con la condición de que me trate como a un hombre. Camaradas y nada más. Y mirándole con sus ojos verdes, luminosos, diabólicos, se sentaba al piano y comenzaba uno de aquellos cantos ideales, como si quisiera con la magia del arte levantar una barrera entre los dos.
Isidora cedió, mas no sin obtener permiso para ir a ver a su hijo cuando quisiera. Y en efecto, venía dos, tres y hasta cuatro veces por semana, trayendo golosinas para Riquín y sus camaradas, y además velas de cera, cálices de plomo, efigies, estampas del Sagrado Corazón, mitras, estolas, y por último un monumento de Semana Santa tan completo y hermoso que no había más que pedir.
Uno de los directores del ministerio de la Guerra se interesa por él, y procurará hacerse enviar a otro regimiento. Juan ha reflexionado mucho sobre esto en Cercottes, y el resultado de sus reflexiones es el siguiente: él no puede, no debe ser el marido de Bettina. Los hombres echan pie a tierra en el patio del cuartel, mientras Juan se despide de su coronel y sus camaradas.
¡Diablo de rapaz! decía hablando de él con los viejos camaradas de la ría. ¡De dónde habrá sacado tanto talento! ¡Nadie hubiera dicho que de aquel pobre patrón de Bermeo pudiera salir un hijo así!... Y el gabarrero temblaba de emoción, saltándole las lágrimas, cuando le hablaban en la villa de su sobrino y de lo satisfechos que tenía á los señores del Instituto.
Para esta expulsión de Dios alegaba el coronel la crueldad con que Dios castiga en el infierno á los pecadores. Decía él que si su mujer, un tío suyo ó cualquiera de sus camaradas, estuviese sufriendo las penas eternas, y él estuviese en el cielo, le diría á Dios cuatro frescas y se iría también al infierno con su gente.
¿Ves todos éstos? dijo señalando a los camaradas . Pues me tienen miedo y quieren que sea su capitán. Hemos resuelto, cuando salgamos, hacer una partida y que yo sea el jefe. Circulaba, ocultamente, de celda en celda, un grueso volumen de páginas mugrientas, con las puntas de la encuadernación roídas por el manoseo.
Pedro de Maclara Almugavar, que servia en la caballería, hallándose una noche entre sus camaradas desesperado de haber perdido lo que tenia al juego, resolvió de rehacer lo perdido, y desquitarse con algun daño de sus enemigos, de que le resultase provecho.
Palabra del Dia
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