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Actualizado: 4 de junio de 2025
Poseía una bella voz, y le cantaba los aires que más le gustaban, pero así que su canto expresaba un poco de pasión: ¡No! ¡No! exclamaba su marido burlándose , ¡menos alma, querida, o me desmayo! Gustaba ella de los poetas y romancistas ingleses: elogiábale a Tennyson, a quien adoraba y empezaba a traducirle un pasaje.
El barbero, que era leído, escribido y muy redicho; la encajera, que la daba de fina, y la comadrona, que gastaba unos chistes del tamaño de su panza, compitieron en donaire burlándose de la rusticidad del mozo.
Con razón el día anterior le había dicho, burlándose, Elena: «¡Mucho ojo, Robledo! La condesa está locamente enamorada de usted, y la creo capaz de raptarle.» Expresaba la poetisa su entusiasmo con una avalancha de palabras al hacer la presentación del ingeniero. Un héroe; un superhombre del desierto, que allá en las pampas de la Argentina ha matado leones, tigres y elefantes.
Luego sonrió con incredulidad. Tú quieres engañarme. Piensas que esta mentira podrá contribuir a curar mi anemia. ¡Todo lo contrario! Si tu matrimonio de pacotilla fuera cierto, eso no haría sino empeorarme. Precisamente te llamé para impedir que te comprometieras con Muñoz. Fue inútil que Adriana insistiera en convencerla. Laura, cada vez más incrédula, seguía burlándose.
Repárela usted bien. La chula no apartaba del carruaje sus ojos con expresión tan fiera y despreciativa que fascinaban como los de una pantera. En efecto, debe de ser bien dominante manifestó Carlota. ¡Un cabo de vara! repuso Rivera. Lo que le hacía falta a ese cínico que se ha pasado la vida burlándose de todas las leyes divinas y humanas. Llegaron por fin al manicomio.
No recordaba que Dunsey y él hubieran hablado nunca del tejedor desde hacía doce años, época de su infancia, en que se divertían burlándose de él. Además, su imaginación encontraba siempre una coartada para Dunstan; se lo imaginaba siempre en algún escondrijo en armonía con los gustos que le conocía, y hacia el cual debía haberse dirigido después de haber abandonado a Relámpago.
El movimiento misterioso del telar les inspiraba cierto temor respetuoso; sin embargo, ese temor era compensado por un sentimiento agradable de superioridad desdeñosa que sentían, burlándose de los ruidos alternados de la máquina, así como del tejedor, cuya actitud se parecía a la del preso empleado en el molino de la disciplina.
D. Juan quedó estupefacto, aterrado; en toda la tarde no había cesado de reír aquella locuela burlándose de cierto mancebito que seguía pertinazmente su coche. ¿Qué te pasa?... ¡Fernanda! ¡Hija mía! La niña no respondió. Con el pañuelo en los ojos, el cuerpo sacudido por fuertes estremecimientos, lloraba cada vez más perdidamente. ¡Fernanda, por Dios, que la gente se está fijando!
¡Y reían! ¡Y le aconsejaban la sumisión, burlándose de sus esfuerzos generosos, alabando a sus opresores!... ¿Pero es que la esclavitud había de ser eterna? ¿Las aspiraciones humanas iban a detenerse para siempre en esta momentánea alegría de bruto satisfecho? Salvatierra sintió que se desvanecía su cólera; que la esperanza y la fe volvían a él.
Algunas cigarreras optimistas se atrevieron a indicar que acaso Sobrado se casaría, o por lo menos reconocería lo que viniese. Sí, sí... ¡esperar por eso, papalanatas! ¡Ahora se estará sacudiendo la levita y burlándose bien! No sabes... yo no quiero que ella lo oiga, ni lo entienda decía la Comadreja a Guardiana , pero ese descarado ya vuelve a andar tras de la de García.
Palabra del Dia
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