Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 20 de julio de 2025
Sabra reconocer mis bondades por medio de nuevos crimenes. Una ciudad floreciente esta sumergida en el sueno, la aurora alumbrara su desolacion: la horrible peste ha caido de repente sobre los habitantes durante su descanso. Pereceran a millares. Los vivos huiran de los moribundos que deberian consolar; pero nada podra defenderlos de los tiros crueles de la muerte.
Elías entre tanto no hubiera creído que aquel concilio ecuménico era decoroso, sin hacer un pomposo elogio de las virtudes de los tres venerandos restos de la ilustre familia de los Porreños. En verdad, señoras dijo, que no sé cómo agradecer tantas bondades.
De tal modo comprendía su bondad que creía estar viendo, como el interior de un hermoso paraíso abierto, el alma de Florentina, llena de pureza, de amor, de bondades, de pensamientos discretos y consoladores.
Resta ahora, señor Corregidor, decir a vuesa merced, si es posible que yo sepa decirlas, las bondades y las virtudes de Costancica. Ella, lo primero y principal, es devotísima de Nuestra Señora; confiesa y comulga cada mes; sabe escribir y leer; no hay mayor randera en Toledo; canta a la almohadilla como unos ángeles; en ser honesta no hay quien la iguale.
Era el banquete de adiós a los viajeros: una comida igual a todas, pero con un discurso del comandante y otro del «doktor», que en nombre de los alemanes y extranjeros agradeció, con lenta fraseología semejante a un crujido de maderas, las grandes bondades que aquél había tenido con el pasaje.
Le manifestaré mi agradecimiento por sus bondades con este su antiguo servidor.» Pero el propietario, que era mejicano y conocía á su gente, no pensó un momento en volver á un país donde los capataces se convierten en generales. Se sentía mejor cerca de los Campos Elíseos, aunque tuviera que recurrir á préstamos y trampas para compensar las rentas que ya no llegaban del otro lado del Océano.
Se le dio conocimiento de que casi todas las noches el coche de su sobrino se estacionaba en la calle de Provenza, y Arturo aguardaba de un momento a otro una seria explicación y una escena en la que estaba resuelto a mostrarse arrebatado por una ciega pasión que le hacía indigno, en adelante, de las bondades de su tío; pero éste no le dirigió el más leve reproche, y nuestro joven no sabía cómo explicarse tanta calma y una resignación tan evangélica.
«Señora: »Las bondades con que mi Señor y Rey, y, a la vez Vuestra Majestad, han concedido al humilde y desconocido Carlos, no han dejado ya de excitar la envidia, aun cuando la alta confianza que me hayan acordado sea un secreto que apenas pueden adivinar. ¿Qué sucedería si me viesen llegar a ministro? Los ultrajes que recibiría no se detendrían en mí, y puede ser que se elevaran más alto.
Habla, hijo mío, habla elocuentemente y sin cansancio, y el mundo será tuyo. Adán lloraba silenciosamente, agradeciendo las bondades del Señor. Sus cuatro hijos acababan de recibir la dominación de la tierra entera. Sin embargo, su esposa se mostraba inquieta.
Una súbita idea cruzó por mi mente, como sano consejo de prudencia al estrechar la mano de aquella mujer tan animosa y a la cual ponía en tantos peligros: Tengo intención de viajar durante algún tiempo le dije tras breves palabras de gratitud por sus bondades. ¿Qué le parece a usted? Si le parece que eso puede serle útil, hágalo repuso, manifestándose tan sólo un poco sorprendida.
Palabra del Dia
Otros Mirando