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Actualizado: 28 de julio de 2025


¡Oh Padre de los Maestros! dijo . Mañana tendré el honor de entregarle una traducción hecha en nuestro idioma de los versos que he encontrado en el cuaderno de bolsillo del Gentleman-Montaña. Sería deplorable que los altos señores del Consejo decidiesen su muerte.

Otro día, encargose Amaury de buscar autógrafos notables para llenar un álbum de Antoñita; algún tiempo después, como tardase mucho Froment Messrice, el Benvenuto Cellini de la época, en cincelar una pulsera para la joven, Amaury se la llevó triunfalmente después de arrebatársela al artista, y por fin, cierta noche que jugaba distraído con una llavecita de oro se la guardó por distracción en el bolsillo, viéndose obligado al otro día por la mañana a devolverla por si Antoñita la necesitaba.

No seas tonta. Lo que ganas en dos meses te lo doy yo en un minuto. Por hablar nadie se pierde. Sigún... y yo no quiero líos. Don Juan sacó del bolsillo del chaleco cuatro monedas de a veinte reales y quiso ponérselas en la mano. ¿Va usted a comprar la barandilla del Prao? Toma, mujer.

Después metía la mano en un bolsillo del pantalón, agitando la moneda de la venta, y acababa por entregarle un par de pesetas, sin queja alguna. Todo aquello era culpa del viejo régimen. -Ahí tienes decía con expresión solemne lo que es el unitarismo y la centralización. tienes talento y te mueres de hambre; y como , muchos. El centralismo sólo aprovecha a los pillos.

¡ le has herido, Plutón! exclamaron varios encarándose con el feroz minero. ¡Yo! profirió éste fingiendo con admirable serenidad la sorpresa. ¡, ! dijeron los paisanos que se hallaban cerca. ¿Con qué arma?... Aquí tenéis mi navaja respondió sacándola del bolsillo y presentándola. Plutón, como criminal experto, llevaba siempre dos navajas.

Los que hace años bombardearon la villa y hoy darían cualquier cosa por verla entre llamas, se pasean por ella, como señores. Han bajado en manadas para ver á la Virgen, con el revólver en el bolsillo, y miran á todos con insolencia, como deseando que llegue pronto el momento de matar perros liberales. El capitán mostraba prisa en irse. De quedarse en la villa tal vez se mezclase en la lucha.

Narraciones inverosímiles. La Alpujarra; 5 y 5,50 pesetas. Cosas que fueron; 4 y 4,50 pesetas. Viaje por España; 4 y 4,50 pesetas. Juicios literarios; 4 y 4,50 pesetas. Amores y amoríos; 4 y 4,50 pesetas. Una familia doble. La señora de Firmiani. La Vendetta. La casa del gato que pelotea. El baile de Sceaux. El bolsillo. Contiene el segundo: Alberto Savarus. La paz del hogar. La querida falsa.

Después Su Majestad dijo que quería ver el decreto de la beneficencia que Feliú tenía preparado, porque estaba delante el obispo de León, y el Rey quería mostrárselo. Sacó del bolsillo su excelencia el manuscrito, y al mismo tiempo se le cayó un papel muy pequeño, sobre el cual Su Majestad, que es más ladino que Merlín, puso inmediatamente el pie.

Y Robillotti andaba ya por largar la mosca , cuando para felicidad de su bolsillo, lo encontró el agente policial. Robillotti no paró hasta su casa.

Los tres iban en una misma fila: se detenían en todos los escaparates para ver las mantillas, los lujosos vestidos, las telas riquísimas, las joyas, y parecían muy gozosos y entretenidos de lo que veían. En la esquina había una castañera. Detuviéronse. El cojo sacó cuartos del bolsillo, la mujer un pañuelo, compraron, probó el chico y luego siguieron.

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