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Actualizado: 3 de junio de 2025
Hasta el efecto de la noticia se borra pronto, y una especie de insensibilidad apacible va cauterizando el espíritu de Julián: piensa más en lo que le rodea, se interesa por la iglesia desmantelada, trata de enseñar a leer a los salvajes chiquillos de la parroquia, funda una congregación de hijas de María para que las mozas no bailen los domingos.... Y así pasa el tiempo, uniformemente, sin dichas ni amarguras, y la placidez de la naturaleza penetra en el alma de Julián, y se acostumbra a vivir como los paisanos, pendiente de la cosecha, deseando la lluvia o el buen tiempo como el mayor beneficio que Dios puede otorgar al hombre, calentándose en el lar, diciendo misa muy temprano y acostándose antes de encender luz, conociendo por las estrellas si se prepara agua o sol, recogiendo castaña y patata, entrando en el ritmo acompasado, narcótico y perenne de la vida agrícola, tan inflexible como la vuelta de las golondrinas en primavera y el girar eterno de nuestro globo, describiendo la misma elipse, al través del espacio....
¿Y qué esperaba el Marqués en Villanueva de la Reina? preguntó Santorcaz con aquella suficiencia estratégica que le hiciera tan digno de admiración a los ojos del joven D. Diego. Allí se estaba tan quieto repuso Marijuán . Parece que está de acuerdo con nuestro General para operar en combinación y atacar juntos a Bailén.
No es propio decir que hacía calor, porque esta frase, común al verano de todos los países europeos, es inexpresiva para indicar la espantosa inflamación de aquella atmósfera de Andalucía en el día infernal que presenció la batalla de Bailén.
Mucho silencio es este, ¿por qué no bebéis y bailáis?» Y al punto el sacerdote ó Mapono se reviste de gravedad, y en nombre de los dioses les manda que beban y bailen y llenen de ruído la iglesia para que ninguno se muera de tristeza. También muestran tener sed estos dioses y para refrigerarla piden á los indios de beber.
Te juro interrumpió él con acento solemne , que nunca te abandonaré..., y si algún día eres libre..., en fin, ya hablaremos. Pretendió ir por la calle de Bailén abajo para prolongar el paseo, mas Cristeta le hizo volver. Vámonos, tengo prisa decía ; acompáñame hasta pasado el Viaducto. Como quieras; pero ¿te arrepentirás de lo dicho?
La gloria de cargar sobre la infantería francesa perteneció tan sólo a las primeras filas, aunque no les duró mucho el regocijo, porque los enemigos, convencidos ya de que no tenían fuerza bastante para hacernos frente, tomaban a toda prisa el camino de Bailén.
Duda, vacila alzándose del suelo al sentirse en Bailén de muerte herida, y abate en Waterlóo su incierto vuelo. Eras tú: mi deseo adivinaba tus rojos labios, tu mirar de fuego, de tu amor las histéricas caricias, el ardiente perfume de tus besos. Eras tú, que surgias en mi mente envuelta entre la niebla de mis sueños, radiante y bella, cual la luna surge del horizonte entre el celaje denso.
Las niñas, observando el ritual a que estaban acostumbradas, me hicieron una reverencia, sin desplegar los labios; D. Paco, tan pedante en Cádiz como en Bailén, hízome grandilocuentes cumplidos y los demás personajes miráronme con recelosa prevención, sin mostrarme urbanidad más que con algunas rígidas inclinaciones de cabeza.
Cuando nosotros nos preparábamos a salir para buscarle en Andújar, llegaba él a Bailén de paso para La Carolina, donde creía encontrarnos.
La división de Vedel, fuerte de diez mil hombres, hallábase en Bailén, y la pequeña división de Ligier-Belair, el mismo general que vimos batirse con los vecinos de Valdepeñas en los primeros días de junio, estaba en Menjíbar guardando el paso del río. Andújar, Bailén, Menjíbar.
Palabra del Dia
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