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Actualizado: 13 de julio de 2025
Bueno será que repartan un poco entre los pobres que aquí estamos. Porque si usted no necesita de ese dinero, hay por aquí muchos infelices á quienes les vendrá muy bien. ¿Y piensas tú, botarate exclamó el capitán con ímpetu, que esos señores van á traer unos cuantos sacos de doblones y á toque de campana los repartirán como si fuesen avellanas?
Al cabo de un rato Flora le clavó una mirada entre compasiva y maliciosa y dijo sacando de la faltriquera un puñado de avellanas tostadas y ofreciéndoselas: Toma: come esas avellanas, á ver si se te quita el enfado. Jacinto las rechazó con digno ademán. ¿No las quieres?... Bien, pues harás que coja un empacho, porque llevo ya comido un celemín de ellas.
GUISADO DE CARNERO CON PATATAS. Después de partida la carne a pedacitos, se echa en una olla, con tocino y cebolla picados, sal y pimienta, se pone a rehogar a fuego lento, y cuando está algo más que a medio cocer, se echa una salsa de avellanas, especias y patatas partiditas; al empezar a hervir se retira un poco, para que acabe de cocer a fuego lento, hasta el momento de servirlo.
Ya te avisará Robustiana... Linón te habrá puesto jamugas en el caballo, ¿verdad?... ¿No?... Bien, bien, ya sé que montas perfectamente, pero ten cuidado, hija, no vayas á caerte. Que te acompañe Manolete de espolista para traer luego el caballo... Adiós, hija, adiós... No te des atracones de avellanas; ya sabes que te hacen daño...
Compramos avellanas, peras, cerezas y rosquillas en todos los puestos de la romería, convidámonos recíprocamente la familia, el exclaustrado y yo; vi un desafío á los bolos entre mozos de lugar y otros tantos forasteros; oí los «¡vivas!» que nos echaron los danzantes, encaramándose unos sobre otros hasta formar lo que ellos llaman castillo, y los que también hubo para las demás personas que les habían dado dinero; y volvimos á casa al anochecer, despidiendo al predicador después de haber tomado chocolate y agua de limón todos juntos, como si no hubiéramos comido al mediodía.
Peras amarillentas, otras de asar, casi rojas, manzanas de oro y grana, montones de nueces, avellanas y castañas, daban alegría, variedad y armoniosa distribución de luz y sombra al conjunto, suculento sin más que verlo, mientras al olfato llegaban mezclados los olores punzantes de la química culinaria y los aromas suaves y discretos de naranjas, limones, manzanas y heno, que era el blando lecho de la fruta.
No moleste usted más a la señora dijo el viajero terciando muy a tiempo, que ya empezaban a rodar por las mejillas de Lucía lagrimones como avellanas . ¡So desatento! prosiguió con cólera , ¿no ve usted que ha ocurrido a esta señora un suceso que no podía prever? Ea, márchese usted, o por mi nombre.... Ya ve usted, caballero, que tenemos nuestra obligación... nuestra responsabilidad....
Sacó del bolsillo un paquetito, desenvolvió el papel que le rodeaba y entregó á Herminia un estuche de tafilete blanco con las iniciales H.A. He aquí mi regalo de boda ... La joven abrió la caja y arrojó un grito de admiración, de confusión, de alegría. El estuche no contenía más que dos perlas negras, pero gruesas como avellanas y de un oriente, de una redondez, de un brillo incomparables.
Yo visito las plazas, como vuestra merced me lo aconseja, y ayer hallé una tendera que vendía avellanas nuevas, y averigüéle que había mezclado con una hanega de avellanas nuevas otra de viejas, vanas y podridas; apliquélas todas para los niños de la doctrina, que las sabrían bien distinguir, y sentenciéla que por quince días no entrase en la plaza.
Algunas aldeanas los acompañaron un buen trozo del camino, despidiéndolos á la salida del valle. Al entrar en la cañada, una brisa perezosa y blanda vino á acariciarles el rostro y las manos. Caminaban charlando y comiendo avellanas. Cuando la condesa tenía reunidos en la mano algunos cascos, los arrojaba riendo á la cara de su acompañante.
Palabra del Dia
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