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Actualizado: 29 de junio de 2025
El príncipe empezó á sentirse agitado por una cólera sorda al pensar en su noche malograda. Tú habrás comido así muchas veces continuó ella . Has viajado más que yo. Debes conocer esta decoración. Sí; conocía esta «decoración» con toda autenticidad, y por eso no le placía volver á encontrarla imitada. Además, ¡obligarlo á comer en el suelo en plena Avenida del Bosque!... ¡Snob!
Y cuando él lo negaba, la ofendida esposa, que sentía en su alma la convicción profundísima de la autenticidad del hecho, irritábase más: «No lo niegues, no me lo niegues, pues yo sé que es cierto. Hace tiempo que te lo he conocido». ¿En qué...? En muchas cosas. Dímelas indicó él poniéndose serio. Si siempre has de negarlo... Pero no, no me engañas más.
Y en verdad, no hay respuestas a semejantes preguntas. El pueblo no las tiene ni las pide: ha recogido esas especies como vagos sonidos de una música lejana, sin indagar su origen ni analizar su autenticidad. Los sabios y los hombres positivos honrarán con una sonrisa de desdeñosa compasión a la persona que estampa estas líneas.
Hecho el anuncio con la formalidad debida, la discreta Antoñona se retiró de la sala, dejando a sus anchas al visitante y a la niña, y volviendo a cerrar la puerta. Al llegar a este punto no podemos menos de hacer notar el carácter de autenticidad que tiene la presente historia, admirándonos de la escrupulosa exactitud de la persona que la compuso.
Supongo que éste no escapa a la ley común, y aunque proviene simplemente de la venta de un coleccionista célebre, cultivo piadosamente esta leyenda, cuya autenticidad tiene por suprema garantía mi propia autoridad reforzada con la del profano vendedor. La joven se puso a tocar un Lied de Mozart, y después cantó la romanza de Martini «Placer de amor».
Y para honrar el alma regia reencarnada en ella, cuya autenticidad reconocían todos sus visitantes misteriosos, quiso vivir como la decapitada soberana de Escocia, imitando sus vestidos tal como los había visto en los cuadros, convirtiendo su palacio en un castillo, comiendo á solas en vajillas antiguas los manjares que un profesor de Historia se encargaba de buscar en las viejas crónicas.
El conde Juan es de buena familia, y en Francia, padre mío, como en todas partes, hay bueno y malo, verdadero y falso. Es necesario no dejarse servir género de pacotilla. Todo el mundo sabe que nosotros, los americanos, no somos inteligentes en muchas cosas, y por eso tratan de hacernos aceptar cuadros copiados, tapicerías rehechas, objetos falsos y nobles sin autenticidad.
Las proclamas que llevan la firma de Juan Facundo Quiroga tienen tales caracteres de autenticidad, que hemos creído útil insertarlas aquí, como los únicos documentos escritos que quedan de aquel caudillo. Campea en ellas la exageración y ostentación del propio dolor, a la par del no disimulado designio de inspirar miedo a los demás.
En lo que nadie discrepa, es en lo que se refiere a la autenticidad, en la segura convicción de que esta soberbia pintura es de mano de Velázquez. Se ignora si estuvo en el Alcázar caso de no ser la misma Psiquis y Cupido.
Lo que deseo afirmar es la autenticidad de los hechos fundamentales de la historia. El incidente del manuscrito despertó en cierta manera mis antiguas aficiones literarias. Me pareció ver en él la armazón de una novela.
Palabra del Dia
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