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El numeroso grupo que éstos formaban se había apartado del pedrero, dejando solos junto á él á dos hombres encargados de dispararlo. El de la gorra roja se inclinó para apuntar, abrió los brazos y cayó de bruces con una flecha clavada en el costado. Casi en el mismo instante recibió el otro pirata un dardo en la garganta y otro en una pierna y quedó retorciéndose sobre cubierta.

De aquí dimana el que juzguemos instintivamente por imposible ó poco menos que imposible, obtener un efecto determinado por una combinacion fortúita: por ejemplo el formar una página de Virgilio arrojando á la aventura algunos caractéres de imprenta; el dar en un blanco pequeñísimo sin apuntar hácia él, y otras cosas semejantes. ¿Hay aquí una razon filosófica? ciertamente; pero no es conocida del vulgo.

Después que él, como director del combate, diese la voz de «¡Fuego!», contaría lentamente «Uno, dos, tres». Podían apuntar y disparar en este espacio de tiempo. ¡Mucha atención, teniente! Don Marcos habló con una gravedad trágica. Si hace usted fuego antes del uno ó después del tres, será declarado felón. Esto de ser declarado felón asustó al joven.

Yo me atreví a apuntar que había excepciones, pero no fue posible hacérselo reconocer. ¡Qué rato tan delicioso y tan infernal a la vez, me estaba haciendo pasar aquella niña! Para llevar la conversación a otro punto, le pregunté: ¿Cuántos años tiene V.? Hasta ahora no me lo ha dicho.

Como los ojos, la garganta de un actor excelente puede expresarlo todo, ó, al menos, «apuntar» panoramas psíquicos muy diversos, que no es más generoso en policromias el espectro solar, que lo es la escala cromática en penumbras y matices de armonía.

Tomadla, maese Marner; ponedle las ropitas; después podréis decir que hicisteis todo lo preciso por ella, desde su principio. Marner la tomó sobre las rodillas, temblando con una emoción misteriosa para él, emoción causada por algo desconocido que comenzaba a apuntar en su existencia.

Razón de más para no apuntar. ¡Cuánto más filosófico y más consolador sería substituir al souvenir otro repertorio de anotaciones llamado olvido! Cosas que debo olvidar, pondría uno encima: figúrese el lector si el tal librico necesitaría hojas, y si podría uno estar ocioso un solo instante, una vez comprometido a llenar sus páginas de buena fe.

Así decía Kernok, con un largo anteojo en la mano, y acariciando la culebrina aún humeante que él mismo acababa de apuntar contra el San Pablo, porque este navío no se había apresurado a izar su pabellón. Esta era la bala que había matado a Carlos y a su esposa.

Y se volvió de espaldas. Sacó el dependiente una esportilla de la caja, contó el dinero, y sin más conversación hizo la entrega. Marchose llorando la muchacha, y aún se oía el ruido de sus pasos cuando el caballero de la camisa limpia dijo severamente: No se le olvide a usted apuntar que Gasparón es baja.

En vista de que el objeto de su cuidado no estuviese allí, se volvió hacia el hombre del sombrero negro. Este había reparado en el maestro, pero con la astucia común en la cual siempre se estrellan los caracteres vulgares, afectó no verle. Contoneándose con un taco en la mano, aparentaba apuntar a una bola en el centro del billar.