Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Los Amores de Aurora: segunda parte del Herrero del convento; un tomo 8.º, de 668 páginas, 2 pesetas. La justicia de los bohemios: tercera parte y última del Herrero del convento; un tomo 8.º, de 567 páginas, 2 pesetas. El Capitán de los penitentes negros; 2 tomos, 2 y 2,50 pesetas. El Diamante del Comendador; un tomo, 1,50 pesetas. =PEREDA.= Sotileza. 1885; un tomo, 4,50 y 5 pesetas.
Luego se oyeron lejanos los resoplidos del vapor, rasgó los aires un silbido y en el espacio quedó flotando una nubecilla blanca. Amores románticos.
Siempre que estrenaba alguna prenda de apariencia brillante, sucedía lo mismo. Y esto no por otra cosa más que porque doña Paula no era señora de nacimiento. Procedía de la clase de cigarreras. Don Rosendo había tenido amores con ella siendo casi una niña, de los cuales nació Pablito.
¡Bendito Dios sea, que tal lo ha dispuesto! exclamó el joven , porque anoche os vi durante un momento en el alcázar; si no hubiérais salido no me hubiérais encontrado, no os hubiérais amparado de mí, no hubieran empezado estos amores que para mí tan glorioso fin han tenido.
Ahora que era un viejo, le daba por presumir.... ¿Tenía, acaso, novia? Pues hijo, debía creerla a ella, que, aunque joven, tenía experiencia. Eso de los noviazgos sólo servía para disgustos y lloros. Bastante requemada la tenían a ella los amores.
Ahora me hallaba tan inquieto por el resultado de mis amores, que me fue indiferente, y aun me pesó, de la distinción por la curiosidad de que fui objeto. Seguro estoy de que muchos me disputaron, sin más, por su novio. En cuanto el segundo acto terminó, un acto larguísimo de I Puritani, me levanté para ir a saludarla.
Con mil amores acogió Quintanar al buen mozo y le expuso sus ideas en punto a literatura dramática, concluyendo como siempre con su teoría del honor según se entendía en el siglo de oro, cuando el sol no se ponía en nuestros dominios. Mire usted decía don Víctor, a quien ya escuchaba con interés don Álvaro mire usted, yo ordinariamente soy muy pacífico.
Ruiloz necesitaba saberlo, pues una cosa era para él pretender a quien sólo fue requerida de amores consintiendo en ello, y otra cosa muy distinta sería aspirar a enseñorearse de un corazón que tenía dueño, tanto más adorado cuanto más imposible era poseerlo.
No quiero decir que eso aumente poco ni mucho su interés por ella se apresuró a decir. Pero... vamos, el dinero nunca daña... Se informó también del estado de mis amores, y con ella fui más franco que con Matildita. No le dije más de lo que había pasado.
Doña Clara, después de haber asegurado, jurado el joven, que á nadie amaba más que á ella, no le había vuelto á hablar de la Dorotea. La Dorotea era una cosa pasada, olvidada. Su deber le prohibía volver á los amores de la comedianta.
Palabra del Dia
Otros Mirando