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Actualizado: 8 de noviembre de 2025
»A los amantes les acompaña la juventud, en tanto que a los padres nos acecha la vejez. »Lo que para ellos es su primera pasión para nosotros es nuestro último sentimiento. »Cuando a un marido le engañan, cuando a un amante le venden, encuentra a su placer mil queridas, y sucesivos amores llegan a hacerle olvidar el primero. »Mas ¡ay! un padre ¿podrá encontrar otra hija?
Denomináronse tenzone ciertas justas poéticas, en las cuales se resolvían dialécticamente las cuestiones propuestas, que trataban de amores, de asuntos privados ó públicos en forma de diálogo, y pocas veces en la de una acción casi dramática, sucesiva, viva y animada.
También se dice a la Virgen: "Limpiad, Vírgen Inmaculada, mi corazón de todo pecado, y echad de mí todo aquello que desagrade a vuestros ojos purísimos. Purgad mi alma de los amores y afectos terrenos."
Y, en lo que toca a la carta de amores, pondrás por firma: "Vuestro hasta la muerte, el Caballero de la Triste Figura". Y hará poco al caso que vaya de mano ajena, porque, a lo que yo me sé acordar, Dulcinea no sabe escribir ni leer, y en toda su vida ha visto letra mía ni carta mía, porque mis amores y los suyos han sido siempre platónicos, sin estenderse a más que a un honesto mirar.
Lejos de ocultar a Millán sus ideas, le dijo: Y si yo hablo con ella, ¿qué caso ha de hacerme mi hermana? Puede decirme que también yo estoy en amores con una mujer superior a mi clase. Calla hombre, no compares: ¡buena diferencia! La malicia está generalmente en el hombre; y siendo tú como eres, tu novia es para tí sagrada.
De todos modos, corregido ya el maestro Raimundico, morigerado por la ancianidad, reverdeciendo en su corazón el amor paternal sobre los restos de otros ya muertos y menos santos amores, y tal vez proyectando que el muchacho, que había cumplido veinticinco años, ganase popularidad y simpatías en el distrito, para que fuese elegido diputado, le mandó llamar con términos harto imperativos y hasta dejando de enviarle dinero, que era el medio más eficaz de que podía valerse.
Al borde de aquel precipicio, he pasado muchas horas de contemplación. Allí, por un poder misterioso y consolador, me creía más cerca de Dios, y de los seres que sintetizan y compendian mi fe, mis esperanzas y mis amores.
Era necesario redimirle, ayudarle a toda costa. «Y que perdonase don Víctor Quintanar, incapaz de ser escéptico, frío y prosaico por fuera, romántico y dulzón por dentro». Cuando subían la escalera, Paco Vegallana, el muchacho de más partido entre las mozas del ídem, estaba resuelto: 1.º A favorecer en cuanto pudiese los amores, que él daba por seguros, de la Regenta y Mesía.
Y el millonario revelaba el secreto de su vida conyugal, sin rubor alguno, con la confianza que le inspiraba aquel hombre que casi era su hermano. Se había unido con Cristina en los albores de su fortuna. ¿La amaba entonces? No estaba muy seguro de ello. En aquellos tiempos, sus amores eran con la buena suerte, y no le quedaba tiempo para otros.
Lo que la generala decía estaba de acuerdo con el espíritu que domina en la literatura moderna, según el cual en la mujer, a más de la virginidad material, existe una como virginidad moral independiente de la primera: a menudo la que más amantes tiene es la que mejor guarda esta virginidad; en medio de la corrupción y los placeres, el corazón puede permanecer incólume y sano, y llegar a redimirse y sentir, cuando encuentra otro semejante, el encanto de los amores inocentes.
Palabra del Dia
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