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Actualizado: 3 de julio de 2025


Pero entonces llevaría turbante y chinelas amarillas, como el moro que yo vi hace treinta años cuando fui a Cádiz: se llama el moro Seylan. ¡Qué hermoso era! Pero para , toda su hermosura se le quitaba con no ser cristiano. Pero más que sea judío o moro, no importa: socorrámosle. Socorrámosle aunque sea judío o moro repitió el hermano. Y los dos se acercaron a la cama.

Freya temblaba de emoción, como un espectador entusiasta é impaciente. Algo cayó en el agua, descendiendo poco á poco: un pedazo de sardina muerta, que iba soltando filamentos de carne y escamas amarillas. Una extraña solidaridad parecía existir entre los monstruos. Sólo se agitaba para comer aquel que veía más cerca la presa.

Y creyendo el arriero que por ser muchachos no se lo defenderían, quiso quitalles el dinero; mas ellos, poniendo el uno mano a su media espada, y el otro al de las cachas amarillas, le dieron tanto que hacer, que a no salir sus compañeros, sin duda lo pasara mal.

En ellas se lee egoísmo, concupiscencia y vanidad. Hizo el enano una pausa para que Cristela se sondara a misma, y Cristela descubrió que el enano tenía razón. Estaba ella triste porque su curiosidad de mirar las almas la había desengañado de hombres y cosas. Y Bob le observó: A ti, Cristela, los rostros te sonríen como rosas, blancas, amarillas y encarnadas.

Y aquí, y allá, y más allá, y por todas partes, en sabanas, vertientes y rastrojos, áureo centelleo de amarillas flores, precursoras de los días lúgubres y melancólicos de la primera semana de noviembre.

El mercurio y la manzanilla corresponden á esta afeccion, cuando las deposiciones son poco amarillas, que no hay alteracion particular del corazon, y que las orinas no sufren cambio alguno notable. Un fenómeno singular y bastante característico de la digital, es el color azulado de las orinas, color que coincide siempre con la decoloracion de las deposiciones.

Cuando me levanté, al día siguiente por la mañana, tenía zumbidos en la cabeza, y ante mis ojos bailaban manchas de luz verdes y amarillas. Al ver mi semblante, Marta juntó las manos por encima de su cabeza, y Roberto, que otra vez estaba sentado en la esquina del sofá, envuelto nuevamente en nubes de humo, exclamó: ¿Has pasado la noche llorando o bailando?

La galerita de las de Pajares, a pesar de su cubierta charolada, de los arneses brillantes y de sus ruedas amarillas, tan finas y ligeras que parecían las de un juguete, aparecía empequeñecida y deslustrada en el gigantesco rosario de berlinas y carretelas, faetones y dog-carts que, como arcaduces de noria, estaban toda la tarde dando vueltas y más vueltas por la avenida central del paseo.

En el interior se veian numerosos y humildísimos sepulcros casi á flor de tierra, en medio de los cuales se destacaban innumerables cruces negras coronadas de guirnaldas, y con hojas negras de laton en que se veian en letras blancas ó amarillas los nombres de los que reposaban en la paz de la inmortalidad.

Se parecería á muchos ricos de la tierra si no empleara toda su fortuna en hacer bien. Aquí están sus obras. Ved los pensamientos, con sus caritas amarillas y sus caperuzas de terciopelo. Miran á un lado y á otro, mecidos por el delicioso aliento de la mañana, y tiemblan de gozo contemplándose tan guapos, tan saludables, tan vividores.

Palabra del Dia

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