Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de mayo de 2025


Al llegar a la puerta diome en el rostro un vaho caliente, y percibí un fuerte olor acre y penetrante, que no era solo de tabaco, pues este se siente apenas se pone el pie en la fábrica, sino de sudores y alientos acumulados, la infección que resulta siempre de un gran número de personas reunidas en el verano. Eran las once de la mañana, y el calor tocaba a su grado máximo.

Quedóse este anonadado, púsose Jacobo furioso, y el señor Pulido, sin fuerzas para enarbolar el dedo indicador, sin alientos para murmurar ¡lo dije! , enmudeció como Casandra a la vista de Troya destruida y Grecia triunfante.

La ofensiva propuesta le hizo sentir de un modo brutal toda la hondura de su caída. ¿Era posible que el solo hecho de la ruina del patrimonio diera alientos a un villano como aquél para proponer, cara a cara, a un hombre de su estirpe, semejante comercio? ¡Venir a pedirle precio por los sagrados emblemas del abolengo! ¡Ah, no!

Y las impías proposiciones que su amigo sustentaba le llegaban tan al alma, turbaban de tal manera sus facultades, que apenas tenía alientos para formular un argumento. Estaba consternado: su corazón se iba apretando de pena. Aquella noche Moreno parecía un demonio terrible y batallador, escupiendo con furia sus blasfemias, manifestando con cinismo infernal su odio a los misterios de la religión.

Contemplándole, chispeaba el amor en los ojos de Luz; oyéndole hablar enamorado, el fulgor desaparecía tras un velo de negras tristezas. Se la atormentaba con lo que creíamos infundirla alientos, y había que desistir de la empresa. ¡Cómo nos descorazonaba esto!

Apurando el ejemplo que tenemos entre manos, he de añadir que esto del mundo del que tanto se la hablaba y que ella hubiera adivinado aunque nada le hubieran dicho, porque la humana naturaleza es una parlanchina que todo lo descubre, y, más o menos recio, habla a la imaginación, aunque se la pongan candados en la lengua y se la confine a las soledades de un desierto; que esto del mundo, repito, la dio bastante que pensar desde que traspuso las fronteras de la niñez y entró con paso más firme y con doblados alientos de vida y con mayores fuerzas de visión, en los términos de la juventud.

Juntos fueron a El Escorial, juntos discurrirían por los salones de los palacios y las alamedas de los jardines: ¡qué alientos inspiraría el protegido de María de Médicis al oficial de manos que cobraba doce reales al día con los barberos de la cámara!

Ni más vela, ni en otra cosa pensaba, ni de otros jugos se nutría la fibra de su naturaleza. En el de Leticia existían alientos para resistir aquel empuje y mucho más. Mi fuga dijo a su amiga, hablando con ella de estas cosas sería la confirmación de los rumores.

Entonces procedimos a llevarla con exquisito cuidado, y poco después se encontraba a sus anchas en el lugar anhelado que los días anteriores sólo le era dable contemplar sentada ante la ventana. »Si usted, querida Antoñita, hubiese estado entre nosotros, habría disfrutado del hermoso espectáculo de la juventud que vuelve a la vida con nuevos alientos, con ansias de amor y de dicha.

» Contaba con eso me replicó , porque desde luego supuse que sería una ofuscación suya lo de los grandes alientos que, según me dijo, le habías dado en tu respuesta; pero también contaba y cuento con tu buen juicio, con tu serenidad... y con el aprecio que has de hacer, por lo mismo, del consejo de tu madre, que no puede desear para ti sino lo mejor...

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando