Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de mayo de 2025


Salamanca llegó á contar 7.000 escolares, y Alcalá pocos menos.

Una bomba mató a un inglés, y estuvo a punto de ser víctima de otra en los mismos brazos de su nodriza D. Dionisio Alcalá Galiano, hijo de D. Antonio. Fuera de estos casos y otros que no recuerdo, los efectos de la artillería enemiga eran risibles.

¿Que aquí está mi señora Ana? Aunque lo deje todo, vamos, que quiero hacer lo que estoy obligado. Abrí los ojos oyendo que no había comido. Fuime con él y empecéle a contar que una mujercilla que él había querido mucho en Alcalá sabía yo dónde estaba, y que le podía dar entrada en su casa. Pegósele luego al alma el envite, que fue industria tratarle de cosa de gusto.

¿Pero tan importante es esta mujer? No lo , pero pudiera serlo. La enamoraré. ¡Callad! ó más bien... ¿y qué tal, qué tal os fué el último año en Alcalá? Dorotea acababa de entrar en la sala. ¡Cómo! ¿este caballero es estudiante? dijo dejando sobre una mesa dos botellas. Y de teología dijo Quevedo.

Un coche subía por la calle de Alcalá y entraba por el paseo del Prado; en el jardín del ministerio brillaba el fusil de un centinela, y algunas voces de hombres que venían cantando escuchábanse muy de cerca, por el lado de allá de la verja. Forma la esquina del ministerio un pabellón aislado, de un solo piso, con cuatro fachadas y tres ventanas en cada una.

No podemos dar otras noticias biográficas de Cristóbal de Monroy Silva más que la que se encuentra en la portada de su Epítome de la historia de Troya, que se publicó en el año de 1641, y en la cual se titula Alcaide del castillo real de Alcalá de Guadaira.

Así fué que en el verano pasado con mis cansados huesos en la histórica y hoy muerta ciudad de Alcalá del Río, en lugar de marcharme, como hubiera deseado, a veranear a la costa. Estaba yo en vísperas de contraer matrimonio, y aunque el sueldo que disfrutaba no era corto, no desperdiciaba medio alguno de hacer economías.

Lo que es que se lo dijeron al Doctrino, y él fué allá y les vió salir. Después no por qué medio se ha enterado de quiénes son todos ellos. Allí van Quintana, Martínez de la Rosa, Calatrava, Álava, y hasta Alcalá Galiano se ha metido entre esa gente. Lázaro quedó mudo de terror.

Era esto harto común en aquellos tiempos de alborotos continuos, y la berlina avanzó, sin acortar su carrera, hasta la calle de Alcalá, para tomar luego por la del Barquillo.

Desde lo alto de la calle de Alcalá veíase la ancha vía en toda rectitud, blanca de sol, con filas de árboles que verdeaban al soplo de la primavera, los balcones negros de gentío y la calzada sólo visible a trechos bajo el hormigueo de la muchedumbre y el rodar de los coches descendiendo a la Cibeles.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando