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Actualizado: 19 de junio de 2025


Sin embargo, para no alargar esta conferencia sólo presento un pequeño número de casos citados a montones en estos pequeños opúsculos repartidos con profusión en nuestro pueblo. ¿Qué lógica, qué razonamiento podemos esperar de cerebros nutridos con tales absurdos, alimentados con patrañas de carácter tan pueril que no se comprende que hayan sido narrados por hombres de simple sentido común?

Nuestros Capitanes se detuvieron antes de entrar en Philadelphia, reconociendo algunos lugares vecinos adonde se pudieron haber retirado y rehecho; pero todo lo hallaron libre de los Turcos; á quien el miedo hizo alargar muchas leguas. Entra en Philadelphia el ejército victorioso. Ganánse algunos fuertes que el enemigo tenía cerca de la ciudad, y dan segunda rota á los Turcos junto á Tiria.

El chamorro en su generalidad es indolente, cualidad predominante en todo pueblo en que las necesidades que le son conocidas son tan pocas como fáciles de cubrir. Con alargar la mano tienen la rima, y con socavar un poco la tierra con el fociño, raíces farináceas tan nutritivas como sanas.

Azoraba todo esto a Currita, pareciéndole indicio cierto de conjura sospechosa, y al mismo tiempo que procuraba sostener y animar la desmayada conversación de sus comensales, prestaba oído atento a lo que por fuera del comedor pasaba... Sucedía de ordinario los viernes que, aun antes de terminarse la comida, poblaban ya los salones gran número de tertulianos que se apoderaban de las mesas de tresillo y de billar y formaban grupos y corrillos llenos de la alborotada animación, que duraba siempre hasta muy entrada la madrugada... Nada se oía aquella noche, y cada vez más inquieta Currita procuraba alargar la comida, agotando todos los recursos de su ingenio e intercalando entre plato y plato historietas que equivalían a las más picantes salsas, con el fin de dar tiempo a la llegada de la gente y evitar que los comensales recibiesen la mala impresión de encontrar los salones desiertos.

Si habéis gozado la honra de acompañar alguna vez en sus expediciones gloriosas por la carrera de San Jerónimo a uno de estos jóvenes y habéis incurrido en la flaqueza de alabar la hermosura de alguna niña modesta, de seguro le habréis visto fruncir el noble entrecejo, alargar el labio inferior en testimonio de desdén y dejar caer estas o semejantes palabras: ¡Pero, hombre, que siempre te has de fijar en estas cursilillas de media tostada!

Otras muchas tonterías de este jaez cuenta Villalonga, las cuales no copio por no alargar este relato. Todos ellos, a excepción de Miquis que se murió en el 64 soñando con la gloria de Schiller, metieron infernal bulla en el célebre alboroto de la noche de San Daniel.

Hasta aquí JIMENO. A cuyas noticias, si no temiéramos alargar demasiado esta prefacion, pudiéramos añadir otras y varios elogios de nuestro Autor, que pueden verse en la Biblioteca Valentina del citado M. Fray Joseph Rodriguez; sin embargo no podemos dejar de admirar, que ni estos dos eruditos, ni Nicolás Antonio, que en su Biblioteca Española apenas deja de dar á cada obra y Autor el merecido elogio no le hiciesen de las del nuestro con la debida puntualidad; acaso porque no lograrian leerlas, por ser tan raras.

Palabra del Dia

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