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Actualizado: 4 de octubre de 2025
Bien se ve que tenemos buen tiempo... Los buques son como los muebles viejos, que, después de una sacudida, sueltan, al quedar inmóviles, un rosario de bichos cuya existencia nadie sospechaba. ¡Qué de caras desconocidas!... Han estado ocultos como cucarachas en el agujero de sus camarotes, aguantando el mareo, y hoy es la primera vez que suben al comedor.
Las orillas están orladas de mimbres en primer término. Por detrás de ellos asoman algunas filas de álamos blancos, cuyas hojas plateadas, heridas por la luz y agitadas por el soplo blando de la brisa, despiden hermosos destellos. La falúa se deslizaba suavemente, aguantando imperturbable los rayos solares. El aire reseco había perdido sus condiciones de sonoridad.
Esta última nave quedó en la mar, aguantando únicamente la Victoria que mandaba Sebastián Elcano, los mares del Cabo de Buena Esperanza el cual consiguió doblar, no sin falta de ímprobos trabajos, arribando al puerto de Sanlúcar el 6 de Setiembre; sobreviviendo á aquella colosal empresa en que la Victoria había dado la vuelta al mundo, solamente 18 hombres.
Grandote y bravucón para los compañeros de torada, mostrábase de una servidumbre cariñosa con el amo y su familia. Era como esos mastines feroces con los extraños, a los cuales los niños de la casa tiran de la cola y las orejas, aguantando con ronquidos de bondad todas sus diabluras.
Gozaba de algún renombre en los laboratorios de su patria... Y estaba allí aguantando las enjabonaduras y payasadas del barbero, estremeciéndose bajo las rociadas de los negros, sin conocer lo grotesco de una situación que hubiese irritado a otros, satisfecho tal vez de contribuir al regocijo de esta muchedumbre fatigada por la monotonía del Océano.
Era un Miura castaño, chorreao, listón, fino y de hermosa lámina, largo y levantado de cuerna. Mostrose voluntario y noble en las varas, aguantando seis puyazos de los picadores de tanda. Pero al llegar a los palos comenzó a defenderse.
«Ja, ja, ja... nos llama tías... exclamó Guillermina echándose a reír cual si hubiera oído un inocente chiste . Vaya con el excelentísimo señor... ¿Y piensa que nos vamos a enfadar por la flor que nos echa? Quia; yo estoy muy acostumbrada a estas finuras. Peores cosas le dijeron a Cristo. Señora... señora... no me saque la dinidá; mire que me estoy aguantando... aguantando...
Después de varios contratiempos, de sufrir la presión de altas temperaturas y terribles tormentas, llegaron el 13 de Diciembre á las costas del Brasil; rebasaron el Cabo de Santa María; recorrieron el misterioso río de Solís, y siguiendo la costa del Sur encontraron una pequeña bahía, á la cual por la gran abundancia de aves acuáticas llamaron de los Patos; en dicha bahía les sorprendió un fuerte temporal, aguantando en fondeadero hasta que aplacados los elementos, pudieron continuar su empresa.
A los dieciocho años me escapé de mi casa, imaginando que peor de lo que allí estaba no había de pasarlo en ninguna parte, segura de que, por mala suerte que tuviese, con nada sufriría tanto como aguantando las impertinencias de mi hermanastra, a quien servía de niñera, siendo víctima de la grosería de mi padrastro y del mal genio de mi madre.
En fin, tal vez lograríamos así que no apareciese España á los ojos de los yankees como un tirano difunto, en el que se pueden cebar sin gran peligro, ó como un tirano cachazudo y sufrido, semejante á los tiranos de las tragedias de Alfieri, que están, durante los cinco actos, oyendo y aguantando las más desaforadas desvergüenzas, si bien acaban por perder los estribos y por hacer una barrabasada.
Palabra del Dia
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