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Si es capaz de hacer justicia a su mujer inocente, la verdad tiene mucha fuerza, le creerán, y yo, amigo mío, si pudiera comprender lo agradecida que le quedaría, con cuán piadoso respeto se lo probaría, respetando en adelante sus susceptibilidades, que tal vez he descuidado demasiado... ¿y quién sabe, también si esa acción generosa, no sería entre nosotros un nuevo vínculo?... Probados los dos por la desgracia, mejor instruidos por, la experiencia... y los pesares... ¿quién sabe si nuestros corazones no se unen?... ¡quién sabe! ¡bah! de usted dependería, se lo aseguro... llegar a ser para mi mejor, mi único amigo.

Aquella mirada desmayada y vidriosa, fija con expresión agradecida en el grupo de mujeres, acabó con la falsa serenidad de éstas, y estallaron los sollozos y las exclamaciones de desconsuelo. Era ridículo llorar la muerte de un caballo; señor, ellas Lo reconocían.

Y no fué sin gran sorpresa que la terminar nuestra conversación con estas palabras: Ha llegado el momento de decirle, señor, que le estoy profundamente agradecida por sus cuidados; que cada día me agrada más su compañía y siento más estimación por su persona.

Estaba muy agradecida al señor de Feijoo, que se portaba con ella como un caballero, y no tenía nada de quisquilloso, ni las impertinencias que suelen gastar los hombres. El primer día le leyó la cartilla, que era muy breve: «Mira, yo te dejo en absoluta libertad. Puedes salir y entrar a la hora que quieras, y hacer lo que te tu real gana. No soy partidario del sistema preventivo.

Se enterneció su corazón, y, obedeciendo a un inconsciente impulso de su sensibilidad, atrajo hacia a Miguelina y quiso besarla como para darle un testimonio de su agradecida ternura. Mas ella se resistió, le rechazó casi con ira y salió de la habitación precipitadamente. Mortificado, inquieto, disgustado, resolvió Delaberge salir a tomar un poco el aire a fin de sacudir tan penosa impresión.

En vez de una niña alegre y agradecida al inmenso favor que la hacía, se encontró frente a frente de una fierecilla, un ser antipático sin afecto ni sumisión, extravagante y caprichosa hasta un grado sorprendente, cuya risa no brotaba ruidosa sino cuando algún criado se caía o el lacayo recibía una coz de los caballos. Pero no se desanimó.

Por último, al celebrarse la boda se prestó a ser madrina, en nombre de una condesa a quien había servido el novio, y desde entonces, agradecida la pareja, aunque parezca inverosímil, mostró siempre cariño a la señorita Cristeta, sin parar mientes en que, a pesar de este señorío, eran ellos casi ricos con relación a la sobrina de los estanqueros.

Ni yo engendré ni parí a mi señora, puesto que la contemplo como conviene que sea una dama que contenga en las partes que puedan hacerla famosa en todas las del mundo, como son: hermosa, sin tacha, grave sin soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, cortés por bien criada, y, finalmente, alta por linaje, a causa que sobre la buena sangre resplandece y campea la hermosura con más grados de perfeción que en las hermosas humildemente nacidas.

Y más agradecida ha quedado a Isabelita, que por el mismo motivo se sacrifica también, a pesar de lo enamorada que está de D. Ambrosio. No he de negar yo, mi querido maestro, que la tramoya de que se ha valido la chacha Ramoncica tiene mucho de censurable; pero tiene una ventaja grandísima.

Si obedeces á mamá y vas con mademoiselle al Bosque, esta noche cuando te acuestes te contaré un cuento muy largo... ¡muy largo! Carlitos aceptó la promesa, dejándose llevar por la institutriz sin nuevas rebeldías. ¡Ya se fué el déspota! dijo Robledo, fingiendo una gran satisfacción al verse libre de él. Celinda sonrió agradecida.