Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de julio de 2025
El capitán, respetándole en todo lo que vale, promete á la afligida madre un sitio en primera cámara para su hijo en cuanto se hagan á la mar y trata de consolarla con cariñosas aunque breves palabras.
La joven tomó el brazo de su madre, apoyó su linda cabeza sobre el hombro materno, y dijo cariñosamente: Querida mamá, puedes estar tranquila, no estoy afligida. ¿Tú sabes, entonces? María Teresa se sonrió. Que Huberto ha ido a las carreras de Ascot, que ha mentido, y que se divertía mientras nosotros sufríamos. No solamente esto no me desagrada, sino que me llena de felicidad...
Y tan afligida como su amiga, estrechaba entre las dos suyas una de sus manos, mientras la de Butrón, sin quitarse el pañuelo del rostro, cual si la vergüenza, al par que las lágrimas, la ahogaran, tartamudeaba: Pepe..., el pobre..., es tan violento...
Que antes que todo es mi dama. Entonces acude Lisardo corriendo y toma bajo su protección á la afligida Clara, declarando que él es su esposo. Poco después llegan Félix y Laura, y Don Iñigo persigue á ésta con la espada desenvainada, vociferando: .............. De mi casa No ha de llevar á mi hija Quien su esposo no se llama.
Tocó la niña su pieza con no poca fatiga, a ratos aporreando las teclas como si las quisiera castigar por alguna falta que habían cometido, a ratos acariciándolas para que sonaran suavemente con ayuda de pedal, arqueando el cuerpo, ya de un lado, ya de otro, y poniendo cara afligida o de mal genio, según el pasaje.
Isidora, harto afligida, no pudo seguir a su tía por el camino de las bromas. Con la concisión de los grandes apuros, dijo que era cuestión de vida o muerte para ella reunir en aquella mañana cierta suma, y que contaba con la generosidad de su tía, a quien otras veces había pedido caudales, reembolsándoselos con buenos intereses.
Mi deber como abogado, legislador y ciudadano de la Unión, es restituir la niña a su afligida madre... cueste lo que costare. Pero, ¿dónde está? repitió la señora de Ponce, fija todavía la vista en el semblante del coronel.
A Juanita misma se la presentaba muy afligida por lo pronto, llena de remordimientos porque era o iba a ser motivo u ocasión de su muerte y muy inclinada a derramar lágrimas a la memoria de él o sobre su ignorada tumba, si es que le enterraban y ella sabía dónde y no estaba lejos; pero si Juanita le veía otra vez tan campante, y en las calles de Villalegre, acudiendo a sus ordinarios quehaceres, ya en la tertulia de doña Inés haciendo la corte a doña Agustina, Juanita le tendría por la persona más ruin y cuitada del orbe.
Sosiégate, hija, y no temas, la contestó el cura. Todas esas son tretas de que se valen los hombres para perder á las inocentes como tú. «Obra bien... ¡Que Dios es Dios!» Al tercer domingo, la pobre joven se mostró más afligida y atemorizada que nunca; la obstinación del guarda, su vehemencia y sus amenazas, la hacían temer una desgracia si le exasperaba más con sus negativas.
Preguntad dónde queda el Patio de la Linterna, padre, preguntádselo a ese señor que tiene agujetas en el hombro y que está parado en la puerta de esa tienda. No está apurado como los otros agregó Eppie, bastante afligida por la perplejidad de su padre, y, además, bastante cohibido en medio del ruido, del movimiento y de la multitud de fisonomías extrañas e indiferentes.
Palabra del Dia
Otros Mirando