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Actualizado: 20 de mayo de 2025
Le miraba, pálida, con los ojos enormemente agrandados, unos ojos que parecían devorarle con su admiración. Ven, pobrecito mío... Ven aquí, soldadito dulce... Te debo algo. Y volviendo su espalda á la doncella, le invitó á doblar una esquina inmediata.
Porque como en Madrid los hombres no se distinguen por un excesivo respeto a las damas, oía, a su pesar, frases de admiración, requiebros, lo que ha dado en llamarse flores, que los transeuntes dirigían a su madre. Sentía, al escucharlas, una mezcla extraña de vergüenza y placer, de celos y de orgullo que le agitaba.
Su ropero sólo contenía unas cuantas pieles de oveja viejas y rotas que estaban esperando una recomposición. Pero la mujer, ocupada en sus fantasías suntuarias, no encontraba nunca media hora libre para este remiendo. El primer hombre mostraba una viva admiración por las transformaciones continuas que iba notando en Eva.
Pero la admiración de los dos era para las armas desconocidas, que les parecían maravillosas obras de arte: para las escopetas sin llaves visibles, las carabinas de repetición y las pistolas con depósito, que podían hacer seguidamente muchos disparos. ¡Lo que inventan los hombres! ¡Lo que gozan los ricos!... Aquellas armas inmóviles les parecían seres vivientes, con un alma maligna y un poder sin límites.
La emoción y la sorpresa son instantáneas, pues la situación y configuración del terreno donde la masa de agua se precipita, tiene una depresión particular que no permite al viajero apreciar detalle alguno, sino todo el conjunto. Una sola visual descorre el grandioso cuadro, y el estupor invade la materia, concentrando la admiración en el espíritu.
Allí, en medio de esos deliciosos paisajes, tan poco lejanos de Báden-Báden, olvida uno con encanto las miserias de vanidad y ostentacion; de imposturas fascinadoras y codicia que se disputan la admiracion y los montones de oro en el Salon de conversacion; la sociedad sofística de la ciudad parece mas absurda, y se comprende cuánto mas vale la vida honrada y tranquila de los habitantes del valle del Mürg, que la estéril agitacion de los que pueblan los hoteles de Báden-Báden.
Admirados se quedaron los nuevos caminantes de las palabras de don Quijote, pero el ventero les quitó de aquella admiración, diciéndoles que era don Quijote, y que no había que hacer caso dél, porque estaba fuera de juicio.
Aún en noviembre, cuando tenía ya en jaque a todas las ratas de la casa, su gran encanto eran los saurios. Los peones que por a o b llegaban a la siesta, admiraron siempre la obstinación del perro, resoplando en cuevitas bajo un sol de fuego, si bien la admiración de aquellos no pasaba del cuadro de caza.
Comprendió también que era un joven distinguido, rico é influyente, y su admiración tuvo mucho de respeto. ¿Pero á qué circunstancias debo este gran favor que usted me ha hecho? decía Lázaro. Quiero saber cómo podré pagar....
Creemos que un círculo de cuerdas nos cierra el camino, y luego es una mísera tela de araña. Un día que la niebla tenía poco espesor, me detuve lleno de admiración ante un árbol gigantesco, que se retorcía los brazos como un atleta en lo mas alto de un promontorio.
Palabra del Dia
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