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Actualizado: 21 de julio de 2025


Y había que ajustar cuentas, separar los respectivos capitales, sin perjuicio de seguir administrando el tío el de la sobrina, hasta que ya no hubiera cosa digna de mención que administrarle». Estaba perdida; no había hecho más que ir gastando, derrochando, sin enterarse jamás de que corría a la ruina completa.

Penoso es tener que decirlo, pero la verdad antes que todo: si tal pueblo está mal administrado, es porque no hay en todo él quien lo administre mejor, o porque es extremamente dificultoso el administrarle, a causa de circunstancias o de fundamentos que no acertamos a descubrir, pero que de cierto no se vencen con violencias dictatoriales o demagógicas, echándolo a rodar todo, para que después del trastorno y la barahúnda tengamos que decir como durante todo el siglo XIX tantas veces hemos dicho: peor está que estaba.

No discutirémos los demás casos patológicos en que se ha creido indicado este medicamento, contentándonos con los que preceden, y advirtiendo al lector, que en el cuadro sintético de sus efectos, hallará mas de una vez la ocasion de administrarle en algunas afecciones amauróticas, catarrales, flegmorrágicas por la astenia que sucede al eretismo, y en accidentes eréticos é irritativos abdominales de fiebres nerviosas en su período subagudo.

Estos modos de administrarle y estas dósis convienen especialmente cuando se le emplea como abortivo y en las fiebres graves, ó como escitante momentáneo y perturbador. Rara vez se ha recurrido á atenuaciones mas altas que la tercera, y precisamente ha sido en casos muy especiales, que no estamos en estado de particularizar, pero que se observan con preferencia en sugetos irritables.

Fué luego á visitar los enfermos y con extremo dolor suyo vió morir á su vista una mujer, sin tener tiempo para administrarle el santo bautismo; leyó sobre todos el Evangelio Super ægros; mas Dios quiso diferir algún tanto el favor para que la gente tuviese en mayor aprecio y veneración su santa ley, y por ella á su ministro, y así fueron mejorando poco á poco los apestados; y entonces ordenó el santo varón que por las tardes se juntasen todos en la plaza; allí, desde un lugar eminente, les explicó la verdadera causa de aquel accidente; que no era él la causa por ser hombre flaco y miserable, y de ningún poder como ellos, sino sólo Dios del cielo, á quien él servía, que había tomado á su cuenta la venganza de la injuria que á él le habían hecho; que por tanto se quejasen de mismo, que á él le pesaba mucho de aquel mal.

Reñíale cariñosamente Magdalena, al verle tan cabizbajo; pero él no la escuchaba ni le contestaba. No parece sino que a fuerza de estudiar la enfermedad ha acabado por no ver ya a la enferma. A última hora ha vuelto a entrar para administrarle un calmante, y después de recomendarle un reposo absoluto, me ha hecho salir con él para dejarla descansar un rato. »Por la noche me tocaba a velar.

Y se fue derecho a él con propósito de abofetearle; pero al llegar a su lado y verle tan poca cosa y empalidecer de susto, cambió de idea por escrúpulos de su conciencia hidalga, y se conformó, después de volverle de espaldas tirándole de las orejas, con administrarle una descarga de puntapiés, algunos de los cuales le levantaron más de un palmo sobre el encachado de la plazuela.

Posee el instinto de la organización y del trabajo, y puede prestar buenos servicios á la humanidad... Pero antes es necesario administrarle una ducha: la ducha del fracaso. Los alemanes están locos de orgullo, y su locura resulta peligrosa para el mundo.

Á media noche fué preciso administrarle un substancioso potingue, que fabricaron la hermana del fotógrafo de arriba y la mujer del carnicero de abajo, con huevos, Jerez y caldo de puchero. «No qué me pasa decía el Peor; pero ello es que parece que se me quiere ir la vidaEl suspirar hondo y el llanto comprimido le duraron hasta cerca del día, hora en que fué atacado de un nuevo paroxismo de dolor, diciendo que quería ver á su hijo; resucitarle, costara lo que costase, é intentaba salirse del lecho, contra los combinados esfuerzos de Bailón, del carnicero y de los demás amigos que contenerle y calmarle querían.

Poco después, el señor don Alejandro, que siempre me había distinguido y honrado con su amistad, quiso honrarme y favorecerme nuevamente dándome plenos poderes para administrarle sus haciendas de aquí, que no son pocas.

Palabra del Dia

godella

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