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Actualizado: 28 de julio de 2025


No faltan sinembargo algunas contradicciones en la organizacion belga, tales como la del fuerte censo de imposicion establecido respecto de los senadores elegibles, lo que no es aplicable á los diputados, y el contraste chocante que se nota entre la libertad absoluta acordada á la enseñanza y la que tienen los cultos, limitada esta por la ingerencia ilógica del Gobierno en la dotacion ó mantenimiento oficial de esos mismos cultos.

Pero a veces, señora, cuando más luce el poeta, es cuando la fragancia aspira del humilde lirio que entre la yerba se esconde, y con plácida voz y acordada armonía le canta.

Era un cuartito con una tronera alzada sobre el alero del tejado; nadie le habitaba, y ella solía subir allí a ver cómo el sol pasaba por el valle, a mandar un beso a la torre lejana de Luzmela y una oración al alto cementerio, donde su protector dormía ajeno a tanta desventura. Se oía desde el alto rincón la voz recia del Salia, acordada en eterno cantar glorioso.

Es de advertir, asimismo, que el banquete, no sólo había de celebrarse en su propia casa, sino también disponerse y servirse con elementos y accesorios de la casa misma; condición sabiamente acordada por el marqués, que, contando con que no faltarían los obligados sahumerios de la prensa al menú y al aparato de la mesa, no quería ceder a un fondista, aunque se llamara Lhardy, ni ese rayo de esplendor que también cabía en el nimbo de su cabeza casi augusta.

Exmo. Señor Delegado directorial. En las memorias de 26 de Noviembre de 1811, de 15 de Febrero de 814, y de 8 de Marzo de 816, no me contraje á exponer la necesidad que habia de formar una guardia y poblacion en los Manantiales de Casco ó Laguna de Palantelen, por hallarse acordada esta determinacion desde el año de 1810, á virtud de informe que hice á la Superioridad desde aquel destino, cuya resolucion se me comunicó oficialmente, y su tenor es como sigue:

La marquesa no podía considerarlo sin admiración, pero tampoco sin miedo. ¿Hasta dónde podía llegar aquella criatura? ¡Qué flor, y en qué terreno! Acordada hasta la fecha del viaje con la niña a Francia, la marquesa, por una sucesión de pensamientos muy lógica, volvió su consideración al estado de su hacienda. Había que resolverse a mirar por ella con mayor detenimiento que hasta allí.

Según las veras y ahinco con que trazaba esta trama el soldado, bien parecía tener alguna estrecha obligación que le inducía a ello; pero de ello, quier que fuese, es cierto que pidió la vihuela, y después de acordada y de dar las palmadas a su gozque, comenzó éste a saltar de buena manera y el amo a tocar por la escuela más extremada del mundo; hubo lo del Rey de Francia, lo del saludo al Emperador, el besar las plantas de la más hermosa, el señalar las que estaban de boda y otros donaires de tal parecer.

Bien que se ha solicitado con empeño de los Portugueses que admitan el Igatimí, en virtud de la instruccion acordada por ambas Cortes, el 6 de Junio.

Dijo la señora que Pepillo deseaba pasar ese día en Villaverde, se resolvió darle gusto, y la salida quedó acordada para el día siguiente. En los momentos de retirarnos me detuvo don Carlos: El día cinco le esperamos a usted. Verá Usted a sus tías y comerá con nosotros. En la Plaza es la fiesta, y sin salir a la calle lo veremos todo: el paseo cívico, y los fuegos... que será cuanto habrá que ver.

Entre tanto, acercábase el día designado para llevar el basilisco a las Micaelas. Nicolás Rubín había hablado al capellán, su compañero de Seminario, el cual habló a la Superiora, que era una dama ilustre, amiga íntima y pariente lejana de Guillermina Pacheco. Acordada la admisión en los términos que marca el reglamento de la casa, sólo se esperaba para realizarla a que pasasen los días de Semana Santa. El Jueves salieron Maxi y su amiga a andar algunas estaciones, y el Viernes muy tempranito fueron a la Cara de Dios, dándose después un largo paseo por San Bernardino. Fortunata estaba, con la religión, como chiquillo con zapatos nuevos, y quería que su amante le explicase lo que significan el Jueves Santo y las Tinieblas, el Cirio Pascual y demás símbolos. Maxi salía del paso con dificultad, y allá se las arreglaba de cualquier modo, poniendo a los huecos de su ignorancia los remiendos de su inventiva. La religión que él sentía en aquella crisis de su alma era demasiado alta y no podía inspirarle verdadero interés por ningún culto; pero bien se le alcanzaba que la inteligencia de Fortunata no podía remontarse más arriba del punto a donde alcanzan las torres de las iglesias católicas.

Palabra del Dia

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