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Deus enim cognoscendo se, cognoscit omnem creaturam. Verbum igitur in mente conceptum est representativum omnis eius, quod actu intelligitur. Unde in nobis sunt diverso verbo, secundum diversa, quæ intelligimus. Sed quia Deus uno actu et se, et omnia intelligit, unicum verbum eius est expressivum, non solum Patris sed etiam creaturarum.

Sed verum est quod judicium et efficacia hujus cognitionis, per quam naturam animæ cognoscimus, competit nobis secundum derivationem luminis intellectus nostri averitate divina, in qua rationes omnium rerum continentur, sicut supra dictum est. Unde August, dicit in 9 de Trini.

Dos mocetones, armados de escopetas, abrían la marcha haciendo fuego, y un ciego gaitero acompañaba con su ronco instrumento al señor cura en sus cánticos, á los que contestaba todo el pueblo, de vez en cuando con un fervoroso «ora pro nobis».

Ora pro nobis exclamaron a la vez Petra y Francisca que se reían con toda su alma. No, no dijo Francisca dando un salto; no queremos formar parte de la corporación. Y tienen ustedes razón, hijas mías respondió la abuela siempre llena de indulgencia por las jóvenes deseosas de casarse. Recen ustedes a San José y será mucho mejor...

[Nota a: Necesse est nedum singulos evolvisse Scriptores ex quorum silentio tale argumentum eruitur, sed insuper nullatenus ambigere, num aliqui nobis desint, qui fuerint ipsis contemporanei. Contingere namque potest, quod Auctor, cujus scripta ad nos minimè devenerint, rei alicujus mentionem fecerit, quae tamen

Tampoco era buen guardador de los deberes religiosos; el cura le tenía encerrado muchas veces por hincarse sólo con una rodilla en misa o pellizcar a los compañeros; durante el rosario se entretenía en comer castañas y meter las cortezas en los bolsillos de los otros, o en prolongar la ese del ora pro nobis más de la cuenta, o en cualquier otra irreverencia que solía costarle cara.

Pero vuestro hijo, a lo que yo, señor, imagino, no debe de estar mal con la poesía de romance, sino con los poetas que son meros romancistas, sin saber otras lenguas ni otras ciencias que adornen y despierten y ayuden a su natural impulso; y aun en esto puede haber yerro; porque, según es opinión verdadera, el poeta nace: quieren decir que del vientre de su madre el poeta natural sale poeta; y, con aquella inclinación que le dio el cielo, sin más estudio ni artificio, compone cosas, que hace verdadero al que dijo: est Deus in nobis..., etcétera.

Mientras tanto, el resto de la procesión seguía respondiendo, con irónica tenacidad, su Ora pro nobis. ¡A spiritu fornicationis! dijo el padre Urizábal. Libera nos, Domine contestaron compungidos Dupont y todos los que entendieron esta súplica al Altísimo, mientras una mitad de la procesión rugía desde lejos: Nooobis... obis.

¡Sancte Raphael!... Ora pro nobis. ¡Omnes sancti Angeli et Archangeli!... Ahora, en vez de ser un santo el invocado, eran muchos, y Dupont erguía su cabeza y gritaba más fuerte, para que todos se enterasen, no cometiendo error en la respuesta. Orate pro nobis. Pero sólo los que rodeaban a don Pablo, podían seguir sus indicaciones.

Sobre el tiempo en que se acabaron y se declararon mortíferas estas últimas ceremonias judaicas, si fué quando Jesu-Christo dixo en la Cruz: Consummatum est[a], ó fué quando los Apóstoles juntos en Concilio en Jerusalen dixeron: Visum est Spiritui Sancto & nobis ut abstineatis