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Si no había teatro, y esto era muy frecuente en Vetusta, se quedaba en su gabinete donde recibía a los amigos y amigas que quisieran hablar de sus cosas, mientras ella leía periódicos satíricos con caricaturas, revistas y novelas. Sólo intervenía en la conversación para hacer alguna advertencia del género de los epigramas del Arcipreste, su buen amigo.

Musa epigramática y cancionero festivo popular, en donde figuran los más célebres epigramas de autores antiguos y contemporáneos y los más intencionados y alegres cantares del pueblo, etc., etc., con un razonado e interesante prólogo de D. Eduardo Bustillo, 1882, 8.º; 2 pesetas en toda España.

Son unos epigramas alusivos a cuestiones literarias y científicas de entonces, que sospechamos no perderían su frialdad aunque se conociesen hasta los ápices de las circunstancias y razones que movieron a Goethe a escribirlos.

En efecto, la musa de Salinas no fué dada á asuntos graves y de elevación, luciendo principalmente en epigramas y composiciones ligeras, algunas de las cuales tienen títulos como estos: A un clérigo que no quiso prestar al doctor las mulas y era muy puerco. A un fraile viejo, mentiroso y falto de dientes. A una dama que fingiendo descuido enseñó las ligas al doctor, etc.

Cuando llegó Magdalena experimenté cierta turbación; no la había vuelto a ver desde el jueves último por la tarde. Era indudable que esperaba ella una explicación; pero me sentía incapaz de dársela y callé. Estaba espantosamente confuso y distraído. Oliverio que no creía que existiera ninguna razón para ser caritativo conmigo me acribillaba con sus epigramas.

Es la poblacion que habla con mas pureza y elegancia la lengua, con excepcion de los gallegos. Los espíritus son penetrantes, concentrados y maliciosos. El aticismo de lenguaje es general, y se tiene un gusto particular por los epígramas y adagios. La moralidad en las costumbres es muy superior á la de toda la España arábiga.

Mefistófeles, como Dios, gusta de oír sus epigramas y chistes y le emplea en sus altos designios de promover la actividad humana, anda bien avenido con Dios, suele hacerle visitas, y sale muy satisfecho de que Dios le trate con cordialidad y confianza. Por lo que se ve, el mal para nuestro poeta es chico mal y está subordinado al bien al cual concurre, a pesar suyo.

A este mismo señor canónigo que embozadamente le había reprendido algunas veces por la pimienta de sus epigramas, solía taparle la boca el Arcipreste diciendo: Nada, nada, repito lo que mi paisano y queridísimo poeta Marcial dejó escrito para casos tales, es a saber: Lasciva est nobis pagina, vita proba est.

Además, la calle Ancha obtenía la primacía en la edición y propaganda de los diferentes impresos y manuscritos con que entonces se apacentaba la opinión pública; y lo mismo las rencillas de los literatos que las discordias de los políticos, lo mismo los epigramas que las diatribas, que los vejámenes, que las caricaturas, allí salieron por primera vez a la copiosa luz de la publicidad.

Sólo quisiera dártela monda y desnuda, sin el ornato de prólogo, ni de la inumerabilidad y catálogo de los acostumbrados sonetos, epigramas y elogios que al principio de los libros suelen ponerse. Porque te decir que, aunque me costó algún trabajo componerla, ninguno tuve por mayor que hacer esta prefación que vas leyendo.