Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de junio de 2025


Decían los que reparaban en ellos por conocerlos bien, que los vigilaba mucho la Guardia civil; sería o no verdad; pero era indudable que ellos huían de la pareja que andaba en la romería, como el diablo de la cruz.

Vigilaba á todas horas, permanecía siempre junto al rocín delantero, evitando los baches profundos y los malos pasos; y sin embargo, si algún carro volcaba era el suyo; si algún animal caía enfermo á causa de las lluvias era seguramente de Batiste á pesar del cuidado paternal con que se apresuraba á cubrir los flancos de sus bestias con gualdrapas de arpillera apenas caían cuatro gotas.

En la cueva de Caracas solían estar a todas horas, de tertulia, un borracho, que se llamaba Joshepe Tiñacu, y un tipo mediotonto, de blusa azul y de gorro rojo, que vigilaba las lanchas, apodado Shacu. Zelayeta y yo intimamos con aquellos y otros avinados personajes, al ir a ver cuándo concluía Caracas nuestro barco.

Alentada por su amiga, abrigaba algunas esperanzas, por remotas que fuesen, de salvar a su marido, escapando ella misma a tormentos morales en que temía dejar la razón, y por esta causa vigilaba con anhelante interés los más pequeños actos, las más insignificantes palabras de Jacques.

El consejero vigilaba al joven por medio de sus numerosos devotos que le seguían cautelosamente por la noche hasta la casa azul. ¡Qué escándalo! exclamaba doña Bernarda. ¡De noche también! ¡Acabará por traerla a esta casa! ¿Pero es que esa boba de doña Pepita no ve nada de esto?

«...Que el embozado á quien el declarante vigilaba, habló con don Francisco, y que amparado por éste, dejáronle subir los porteros; que el que declara, se quedó esperando; que bien pasadas dos horas, el mismo embozado que había entrado en casa del señor duque, salió acompañado del señor Francisco Martínez Montiño, cocinero mayor de su majestad, y que entrambos rodearon la manzana, y se detuvieron junto al postigo de la casa de su excelencia, donde estuvieron hablando algún espacio, después de lo cual, el cocinero mayor partióse, y el embozado se quedó escondido en un zaguán frente al postigo de la citada casa de su excelencia.

Obdulia, con ocasión o sin ella, visitaba a su confesor, vigilaba su bienestar doméstico, unas veces arreglándole la ropa, otras enviándole algún plato de su gusto, etc. Esto indignaba de un modo indecible a D.ª Josefa. La odiaba a par de muerte. Decía de ella perrerías en todas partes, y por causarle daño, estuvo a punto de comprometer varias veces a su amo.

Abajo, en el templo, vigilaba a sacristanes y acólitos, cuidando de que los canónigos y los beneficiados no pudieran quejarse de descuidos en el servicio. Arriba, en el claustro, velaba por el buen orden y las sanas costumbres de las familias, siendo, por la gracia del cardenal-arzobispo, una especie de alcalde de aquel pequeño pueblo. Ocupaba la mejor habitación de las Claverías.

Dos maquinistas que con la afición germánica a los títulos y jerarquías se titulaban ingenieros terceros cuidaban, cada uno por separado, de los dos grandes motores que hacían marchar al buque. Otro ingeniero tercero vigilaba las máquinas auxiliares productoras de la luz y el frío.

El día que el doctor observó por primera vez en él esta enfermedad, se llenó de satisfacción y estuvo todo el día dando órdenes, con grave acento, a los demás enfermos, que se distraían en levantar una montaña de nieve; se imaginaba ser un general que vigilaba la construcción de una poderosa fortaleza.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando