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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Júpiter entonces convoca y reúne a las divinidades de los mares y de los vientos y con ellas arregla y ordena tan benignamente las cosas que la Infanta puede llegar al puerto de Villafranca, sana, salva y complacida, como llegó en efecto. El lindo y candoroso auto de Gil Vicente se titula Cortes de Júpiter, y fue muy aplaudido por el noble auditorio.
12 La tercera parte de ti morirá de pestilencia, y será consumida de hambre en medio de ti; y la tercera parte caerá a cuchillo alrededor de ti; y la tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada. 13 Y se acabará mi furor, y haré que cese en ellos mi enojo, y tomaré consuelo; y sabrán que yo, el SE
Una tarde, al pasar Manuel Antonio por delante de la tétrica morada del conde, vio salir a la doncella con una caja de cartón en las manos. El marica sintió en la nariz olor de caza, tomó vientos un instante, y la siguió. Adiós, Laura dijo pasando delante de ella. Y volviéndose de repente le preguntó en tono indiferente: ¿Cómo sigue tu amo? El señor conde no está malo. ¡Ah!
Hexe-Baizel, trae un asiento a Hullin. Luego sentose el contrabandista en el hogar, con la espalda hacia el fuego y frente a la puerta abierta, por la que penetraban juntos los vientos de Alsacia y de Suiza.
Estos vientos huracanados recorren los valles, bajan al fondo de las hondonadas, barren las llanuras e inundan de mil aromas la ciudad: olores de líquenes y musgos, esencia de azahar, suave fragancia de liquidámbar y de mil flores campesinas.
Si se perdía la cosecha del maíz por la sequía; carta. Si los vientos reinantes eran del Noroeste; carta. En fin, no acaecía suceso en el suelo o en la atmósfera de la villa digno de mención, que no la recibiese de la diestra y bien tallada pluma de nuestro comerciante.
Cual la celda de un mísero ermitaño queda abierta a los vientos del desierto, así mi corazón quedóse abierto al soplo huracanado del engaño. Del fondo de mi vida agonizante se alzaba aquel recuerdo torturante, en su quietismo silencioso y vago, cual se alza en las mañanas invernales la bruma de las nieblas invernales sobre las aguas límpidas de un lago.
El escándalo había crecido. La escena tenida por el duque con su hija la condesa de Lemos aquella mañana, era nada, una cosa inocente y casi digna, comparada con la que acababa de tener con su hijo el duque de Uceda. Lerma no sabía ya dónde se encontraba. Era un buque sin timón, sin velas, sin jarcias, entregado á merced del mar é impulsado por todos los vientos. El duque no veía.
Venía, como ahora, la cuestión del puerto, y acudía al diccionario en busca de las palabras puerto, dársena, mareas, dragas, vientos, etc. Siete artículos llevaba escritos y publicados a la sazón, para demostrar la necesidad de construir una gran dársena frente a Sarrió, en un punto denominado Fonil.
6 Sobre los malos lloverá lazos; fuego y azufre, con vientos de torbellinos, será la porción del cáliz de ellos. 7 Porque el justo SE
Palabra del Dia
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