Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 31 de mayo de 2025
En tierra, sentado sobre un trozo de carbón, un negro viejo, sobre cuyo rostro en éxtasis caía un rayo de luz, movía la cabeza, como en un deleite indecible, mientras batía, con ambas manos y de una manera vertiginosa, el parche de un tambor que oprimía entre las piernas colocadas horizontalmente. Era un redoble permanente, monótono, idéntico, a cuyo compás se trabajaba.
Habíase por entonces abierto al público la última sección del Ferrocarril de Medina del Campo á Salamanca, lo cual quería decir, en términos metafóricos, que esta insigne y venerable ciudad, monumento conmemorativo de sí propia, acababa de ser desamortizada por el espíritu generalizador de nuestro siglo, pasando de las manos muertas de la Historia ó de la rutina, al libre dominio de la vertiginosa actividad moderna.
No había aún concluido el primer verso, cuando cinco o seis levantaban en alto la décima completa. «Es imposible, son unos ¡bárbaros!»... decía Martín. Bien pronto dejan a un lado el lápiz y empieza la improvisación oral, vertiginosa, inacabable.
Para Watson empezaron á sucederse los hechos con la rapidez vertiginosa y la falta de lógica de los episodios de una pesadilla que se desarrollan más allá del tiempo y del espacio. Oyó tiros; luego pasaron ante sus ojos varios jinetes á todo galope, mientras otros, deteniéndose, hacían fuego contra los dos andinos.
Todo fluctuaba ante sus ojos, y el río, la montaña y la temprana aurora giraban a su alrededor con velocidad vertiginosa. Entonces los cerró, concentrándose en sí mismo para recobrar la conciencia que empezaba a vacilar. En aquel breve intervalo, por algún fantástico procedimiento mental, el cuartito de Bar Sansón y el grupo del padre e hijo dormidos, apareció a su vista.
Pero Tránter, duelista experto, sabía que era imposible sostener dos minutos más aquel ataque violentísimo y fatigoso cual ninguno y que muy pronto cedería el nublado de golpes que caían sobre su espada con rapidez vertiginosa.
Pues a esta sensación perturbadora añadíase al presente una inquietud vaga, no exenta de voluptuosidad, que me apretaba la garganta y me producía un cosquilleo grato. Pensaba en los ojos de la hermana San Sulpicio. Y como si el tren, con su marcha pujante y vertiginosa, me dotase del poder que me faltaba para hacerla mía, sentíame feliz hasta llorar.
Allí, de pronto, dos fuertes brazos te envolverán. ¡Virgen santa! ¡qué atrevimiento! Pero entonces, valerosa muchacha, tú no tendrás miedo. Ya el son de las castañuelas es más opaco, el sol se pone, la cachucha vertiginosa ha cesado, las jóvenes regresan a su aldea y ríen, y cantan, alisándose con la mano los rizos sedosos de sus húmedos cabellos.
Agitad, agitad vuestras castañuelas, jóvenes, porque la cachucha reemplaza al bolero. ¡La cachucha! ¡he aquí una verdadera danza andaluza, una danza ardiente y animada, vertiginosa y lasciva! Id... id... rodead con vuestro brazo amoroso la cintura de vuestra amante, y arrastradla rápidos y estremecidos al son del instrumento sonoro.
Tu descompasada y vertiginosa libertad, ¿es, por ventura, el término de las cosas?
Palabra del Dia
Otros Mirando