Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de junio de 2025
Si para mañana no tenemos el dinero suficiente, yo me encargo de amansar al prestamista: y en último caso, hija, le ofrecemos la finquita, aunque vale más del doble; que la venda y se cobre o que se quede con ella y se la coma entera; en cuanto a Quilito, déjalo por mi cuenta: en adelante, a sus estudios, y a llevar vida de pobre... No seas tonta, no creas en eso de tiros y puñaladas: todos los muchachos dicen lo mismo, cuando algo les contraría. ¡Cuántas veces me he suicidado yo, así, de boca!
Si lo hace así, ¿cómo voy a colocar las dos hijas solteras que me quedan? ¿Quién vendrá por ellas al fondo de una pobre aldea? Semejante conversación con mi esposo y el temor de que venda la casa, me ha hecho derramar muchas lágrimas esta noche.
Bringas se mostró muy agradecido, y tanto encareció su mejoría, que Refugio hubo de creer que sólo por capricho llevaba aquella enorme venda. «Diles que ya estoy bien y que les agradezco mucho su atención...». Rosalía sintió ganas de decir cuatro frescas a la que tenía el atrevimiento de profanar la honrada casa entrando en ella; pero la compostura que guardaba D. Francisco y los buenos modos de la chica la contuvieron.
Eso no está en mi jurisdicción, pues pertenece á Río Colorado; pero mi compañero el comisario de allá sospecha que eres tú el del robo. Manos Duras siguió fumando en silencio, escupió, y dijo al fin: Calumnias de los que desean que no venda carne al campamento de la Presa. Le han dicho también al gobernador del territorio que eres tú el que mató hace meses á los dos comerciantes turcos.
Bien sabe usted cuánto tiempo, cuánto trabajo, cuánta voluntad y cuánta influencia han sido menester para lograr las escasas rehabilitaciones que ha consentido la magistratura, arrancadas casi todas por la política. No venda usted, pues, la piel del oso, puesto que aún no le hemos matado.
Los ojos medio cerrados, lucían por detrás de sus largas pestañas con íntimo gozo que la expresión indiferente y grave de su fisonomía no podía ocultar. Gonzalo trató de cruzar la venda por detrás, pero le fué imposible. Cecilia acudió en su auxilio metiendo la mano con decisión por debajo de la camisa.
«¿Y tú qué te haces?» le preguntó D. Francisco volviendo hacia ella el rostro, cual si la pudiera ver al través de la negra venda. ¿Yo?... replicó la Sánchez un poco desconcertada al pronto, pero recobrándose con la mayor viveza . Pues nada, ahora no trabajo.
Porque, ¿dónde se ha de sufrir que un caballero andante, tan famoso como vuestra merced, se vuelva loco, sin qué ni para qué, por una...? No me lo haga decir la señora, porque por Dios que despotrique y lo eche todo a doce, aunque nunca se venda. ¡Bonico soy yo para eso! ¡Mal me conoce! ¡Pues, a fe que si me conociese, que me ayunase!
Muy gozosa pasó doña Cándida a ver a Bringas, el cual dijo que se sentía mejor, aunque muy débil de la cabeza. El médico le había examinado por la mañana y su pronóstico fue bastante favorable. Recobraría pronto la vista... y... Aun creía ver algo cuando se apartaba la venda... Lo que hacía falta era mucho reposo, paciencia y tomar con método y puntualidad las medicinas prescritas.
Mas ¡ay! cuando se cae la venda de los ojos, el bello panorama tórnase en funeral... ¡los que gratos nos fueron, hoy nos causan enojos! ¡lo que fué nuestra dicha, es ahora nuestro mal! Entonces es en vano que alcemos las miradas hacia el límpido cielo do dicen que está Dios; ¡no tendrán ningún eco nuestras tristes baladas y de los sueños idos se perderán en pos...!
Palabra del Dia
Otros Mirando