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Actualizado: 15 de julio de 2025


Las voces y gemidos de los que cruelmente se herian y mataban, avisaron á muchos que se pudieron poner en seguro, y la codicia de los vencedores, que ocupados en el robo dejaban de matar, tambien dió lugar á que muchos se escapasen.

En casi todas las ciudades, que ganaron los vencedores á los infieles, hallaron comunidades religiosas é iglesias, que conservaban las antiguas costumbres litúrgicas , y de esta manera volvieron á familiarizarse con las formas solemnes del culto, que acaso olvidaran en el tumulto de la guerra.

Esa simpatía responde a varias causas. En primer lugar, los recuerdos de la lucha de la Independencia. Todos conocernos aquella rivalidad caballerosa, que tenía por teatro la vieja Lima, entre los oficiales colombianos y los argentinos, entre los vencedores de Boyacá y los vencedores de Chacabuco.

Iban vestidos de la garganta á los pies con un traje muy ceñido y cubierto de escamas de plata. Su casquete, del mismo metal, estaba rematado por un ave quimérica. Apoyaban la mano izquierda en la empuñadura de su espada, mirando á todas partes con una insolencia de vencedores, ó se inclinaban galantemente ante las familias de los altos personajes que iban llegando para la ceremonia.

Torna el otro a mirar hacia arriba y ve con desconsuelo, que hay quien sube con alas que a él le negaron y que la ansiada meta no la tocará él con sus manos callosas, sino a costa de esfuerzos supremos. ¿Por qué no mejor dejarse caer y abandonar la empresa? Se reanima, y sigue subiendo, siempre peldaño a peldaño, en tanto que la cima va coronándose de vencedores.

El primitivo pueblo como todos los playeros de aquella provincia, fueron blanco en el siglo pasado y principios del presente, de las crueldades y correrías meras, en cuyas empresas vencedores unas veces ó vencidos otras, siempre dejaban á su paso huellas de sangre é incendio.

Por delante de nosotros desfilaron las tropas de Vedel, en número de nueve mil trescientos hombres, y dejando sus armas en pabellón, nos entregaron muchas águilas y cuarenta cañones. Les mirábamos y nos parecía imposible que aquéllos fueran los vencedores de Europa.

Estabas aun radiante de hermosura; mas tu hermosura no bastó para conmover á tus vencedores. ¿Qué se hicieron tus encantados palacios de Medina Azarah ¿qué tus embalsamados jardines de la Rusafa, donde plantó su palma Abd-el-rhaman I ? ¿qué tu biblioteca de Merwan, tesoro de la ciencia y la poesía de tus ilustres hijos?

Cogiéronlos los escuderos en medio, guardando vencidos y vencedores gran silencio, esperando a que el gran Roque Guinart hablase, el cual preguntó a los caballeros que quién eran y adónde iban, y qué dinero llevaban.

Porque el entrar en ella en semejante caballería no creo que está en uso hasta agora. -Así es verdad -dijo don Quijote-. Lo que puedes hacer dél es dejarle a sus aventuras, ora se pierda o no, porque serán tantos los caballos que tendremos, después que salgamos vencedores, que aun corre peligro Rocinante no le trueque por otro.

Palabra del Dia

buque

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