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Actualizado: 24 de junio de 2025
Hacía buen tiempo, tocaba casi el sol ya el horizonte, algunos celajes diseminados proyectaban sombras en las amarillas mieses de la llanura y leves humaredas se desprendían á trechos en los pueblecillos. Los tres condes estaban de buen humor. Hasta entonces sus inmensos dominios no habían tenido exactos linderos en la montaña.
A sus pies extendía el mar su ancha faja obscura, cortada á trechos por otros montes más bajos, metiéndose en triángulos, tierra adentro, en forma de ensenadas y rías. Hacía algún tiempo que el doctor no había subido á pie la cuesta de Labarga y encontraba cierta novedad al espectáculo. Sin dejar de andar, iba examinando el paisaje.
Durante su paseo al través de los bosques de Carboneras, Delaberge pudo fácilmente comprobar la exactitud de las observaciones hechas por la señora Liénard. Las tierras que se quería ahora dar a los usuarios de Val-Clavin, no estaban unidas al pueblo sino por antiguos caminos todos ellos en muy mal estado y que a trechos desaparecían del todo.
A trechos se abrían en los muros largas aspilleras para que la tierra expeliese su humedad; pero cada una de estas ventanas cegadas tenía una planta silvestre, una planta de vida dura y acre perfume, que se esparcía con la indestructible voluntad de vivir del parasitismo, derramándose muro abajo, cubierta de flores la mayor parte del año.
En el siglo XV, en efecto, debieron construirse los machones que sirven de refuerzo en los dos pórticos de oriente y occidente, y que cortan ambas arquerías árabes en tres crujías de á tres arcos cada una; la mayor parte de la cornisa que sostiene el alero, en que solo se conservan á trechos algunos canes ó modillones de la fábrica primitiva, alternando con las molduras del estilo ojival; y por último las repisas del mismo estilo que sostienen las canales de desagüe de los estribos, entre las cuales se distinguen tres preciosas gárgolas de ingeniosa forma, y sobre todo, un ángel que sirve de ménsula, con las rodillas dobladas y las manos juntas, tan bello por su espresion y por el estilo de su ropage, que á no estar en aquel silencioso y místico paraiso del patio de los Naranjos, donde parece imposible se hagan sentir jamás las inclemencias del invierno, causaria lástima verlo espuesto á la accion destructora de las brumas y las nieves.
Jamás había visto reunidas en nadie tanta juventud, robustez y frescura. A pesar de la noche pasada en ferrocarril, estaba el rostro de Lucía más lozano que unas hierbas de San Juan, y sus cabellos revueltos y a trechos aplastados, le prestaban cierto aspecto de ninfa que sale del baño, destocada y húmeda.
La biblioteca corría parejas con el resto de la casa en lo destartalada y sucia. Era una gran pieza cuadrada, de techo abovedado, cuyas paredes estaban cubiertas a trechos de tosca estantería con libros.
Parte de la gente los siguió y parte se quedó en la iglesia. Cerca de la puerta de ésta se hallaba la del convento por donde penetraron, internándose en un largo y sombrío claustro, iluminado a trechos por alguna viva raya de sol, que las molduras de los arcos dejaban pasar.
Por allí gira el ferrocarril de Neuchâtel, cuya construccion ha exigido en muchos trechos costosos trabajos de mina en las rocas, ó nivelaciones entre las ondas del lago.
Una valla de mampostería que llegaba a la altura del cuello de un hombre limitaba el corral por tres de sus lados. Esta valla estaba afirmada por gruesos postes unidos al balconcillo superior. A trechos abríanse unas salidas tan angostas que sólo podía pasar por ellas un hombre de lado.
Palabra del Dia
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