United States or Malta ? Vote for the TOP Country of the Week !


Era la influencia del medio, la marcha hacia el país de la esperanza, que trastornaba diariamente en todos los cerebros las tímidas y estrechas apreciaciones del viejo mundo. En el buque se hablaba a todas horas de cientos de miles de pesos, de campos de leguas y leguas, de terrenos cuyo valor podía centuplicarse en un sólo día.

Su cerebro desequilibrado trastornaba todas las leyes divinas y sociales, las fundía de nuevo a su capricho. Para ella, el amor del joven presbítero era un puro idealismo conforme con el espíritu cristiano: hallaba en las historias de los santos varios casos semejantes.

Sentíase impregnado del indefinible perfume de la joven, y andaba con timidez, como si se hubiese adherido a su exterior algo precioso y frágil que podía desprenderse al acelerar su marcha. La dulce borrachera del amor correspondido trastornaba a Juanito.

Le vigilaba, y todos los días poco antes del amanecer, escuchaba cómo abría suavemente la puerta de la calle y subía las escaleras quedamente, tal vez descalzo. La austera señora callaba amontonando en silencio su indignación, lamentándose ante don Andrés de aquel retoñamiento de locura que trastornaba sus planes.

De época en época, cuando venía algun profesor complaciente, se señalaba un día del año para visitar el misterioso Gabinete y admirar desde fuera los enigmáticos aparatos, colocados dentro de los armarios; nadie se podía quejar; aquel día se veía mucho laton, mucho cristal, muchos tubos, discos, ruedas, campanas, etc.; y la feria no pasaba de allí, ni Filipinas se trastornaba.

El se marchaba a las Carolinas, huyendo de aquella lobreguez maloliente que le trastornaba el estómago. Iba en busca de su amigo el Mosco y de su hija Feliciana, que tenía para guisar la cachuela unas manos de virgen, dignas de mil besos; las únicas del barrio que ofrecían cierta limpieza. Ya volvería otra vez, para ver a la abuela.

Muchas veces, al volver Isidro a su casa, la sorprendía de bruces en la cama, llorando silenciosamente. Pero ¿qué tienes? gritaba con tono colérico . ¿Qué te pasa?... Nada: lloraba sin saber el motivo. La maternidad trastornaba su débil organismo. La invadía una intensa tristeza, atormentando su imaginación.

Volvió al balcón trémula de impaciencia, triste, como la luz violeta que se difundía por el cielo, con vetas rojas que reflejaban el sol poniente. Iban a perder el tren; tendrían que aguardar hasta el día siguiente. Un contratiempo que trastornaba la seguridad de su huida. Volviose con nervioso movimiento al oír que la llamaban desde la puerta de la habitación: Signora, una lettera.

Las inquietudes de la gente de París eran estremecimientos nerviosos de un pueblo que vive plácidamente y se alarma apenas vislumbra un peligro para su bienestar. ¡Tantas veces habían hablado de una guerra inmediata, solucionándose el conflicto en el último instante!... Además, él no quería que hubiese guerra, porque la guerra trastornaba sus planes de vida futura, y el hombre acepta como lógico y razonable todo lo que conviene á su egoísmo, colocándolo por encima de la realidad.

Al quedar en la obscuridad anduvo algunos pasos con las manos avanzadas, olvidado completamente de los planes de ataque que había concebido momentos antes en su acelerado pensamiento. La cólera trastornaba sus ideas. La ceguedad repentina de su espíritu sólo tuvo una idea, igual al último destello de una luz que se aleja. Tocaba ya la escopeta con sus manos palpantes, cuando desistió de cogerla.