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Actualizado: 30 de abril de 2025


En tiempo de los jesuitas pudieron los indios de San Javier aprisionar uno de estos indios, y lo trajeron al pueblo, en el que procuraron agasajarlo con la suavidad del trato; pero nada bastó para que depusiese su ferocidad, en la que permaneció sin querer tomar alimento ni hablar una palabra, hasta que murió.

Cada cual contó su caso en apoyo de ella y el cura resumió todos los turnos manifestando que nada tenían de particular aquellos milagrosos efectos, dada la presencia en el cuerpo del enfermo del Señor de cielos y tierra, en cuyas manos está la salud de todos los mortales. A las diez de la noche trajeron el Viático a doña Gertrudis con todo el aparato que merecía tan solemne acto.

Al anochecer llegaron 4 indios, 2 del Colorado y 2 del paraje donde est el Cacique Negro, los que me trajeron de parte de este un costillar de vaca de regalo, y dijeron que luego que ellos regresasen á sus toldos, quería venir aquí dicho cacique: les mandè dar de comer y aguardiente: se atò el ganado vacuno, y se encerraron los caballos.

Tía Pepilla me esperaba en el comedor, en el pobre comedor donde señora Juana iba y venía muy deseosa de atenderme y obsequiarme. Mientras yo me desayunaba alegremente y con buen apetito, tía Pepilla conversaba. Tengo una carta para , una carta de Angelina. Ayer la trajeron; hasta ayer vino el mozo.... Ahora te la daré.... Venga esa carta, tía; venga esa carta.... ¡Impaciente! Come y calla.

Hallábase el menguado autor como en éxtasis comtemplando en su mente estas hermosuras del arte y de la fe, cuando un ruido de pasos primero, la inusitada aparición de un hombre después, le trajeron bruscamente á la realidad, haciéndole fijar la vista en las cuartillas del artículo de fondo que olvidado yacía sobre la mesa. El sér que tenía delante era un monstruo, un vestiglo.

Trajeron un catre de tijera para que se acostase Mariano, y cuando Isidora le mandó que se recogiera, por ser ya más de medianoche, el maldito muchacho se le plantó delante y le dijo con sus bruscos modos: «Dame dinero. ¿Y para qué quieres dinero, tunante? Acuéstate. Me acostaré; pero yo quiero dinero. Si no me das dinero, no te quiero... ¿Para qué lo necesitas? Para ir mañana a los toros.

Echaron al agua la chalupa, fueron en busca de aquellos dos hombres, los trajeron y se los presentaron al capitán que, maravillado y compasivo, contemplaba los desencajados rostros, la palidez enfermiza y el aspecto abatido y miserable de sus huéspedes imprevistos. ¿Quiénes sois, desventurados? les preguntó Morsamor.

Su curiosidad era una fiebre intensa que de ningún modo podía calmarse. Cada vez era mayor su desconsuelo por no ver a la Nela; pero en tanto rogaba a Florentina que no dejase de acompañarle un momento. El tercer día le dijo Golfín: Ya se ha enterado usted de gran parte de las maravillas del mundo visible. Ahora es preciso que vea su propia persona. Trajeron un espejo y Pablo se miró en él.

34 Y ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita. 35 Y lo trajeron a Jesus; y habiendo echado sus vestidos sobre el pollino, pusieron a Jesus encima. 36 Y yendo él, tendían sus vestidos por el camino. 37 Y cuando llegaron ya cerca de la bajada del monte de las Olivas, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto,

Salvaré rápidamente los años que siguieron con sus desgracias fulminantes y su largo cortejo de sufrimientos. Ellos me dieron la madurez y me hicieron mujer. Ocho meses después de aquella noche, trajeron a papá a la casa en un adral; se había caído del caballo y sufría de graves lesiones internas. A los tres días murió.

Palabra del Dia

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