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Actualizado: 17 de junio de 2025


Pero en vez de pronunciar el Pater noster fundamental, que es lo que procedía para empezar de nuevo, clavó los ojos en el libro, y maquinalmente leyó: De dos maneras de amor quiero yo ahora tratar: uno es espiritual, porque ninguna cosa parece le toca la sensualidad ni la ternura de nuestra naturaleza; otro es espiritual, y que junta con él nuestra sensualidad y flaqueza ... Qué distracción!-observó después.

No es nada, he estado un poco enfermo. ¿Y por qué no has venido a nuestro lado para hacerte cuidar? Es muy mal hecho. ¿No soy ya tu madre? Juan envió a la señora Aubry una sonrisa de ternura; luego, deseoso de que no se ocupasen más de él, dijo: Usted me manifestó que el señor Aubry había estado muy agitado. Después que hemos hablado juntos, creo que se ha calmado.

Del nuevo desastre brotaron nuevas llamadaras de dolorido amor, un loco anhelo de redimir de una vez para siempre la santidad de su ternura. Sobrevinieron mellizos, y punto por punto repitióse el proceso de los dos mayores. Mas, por encima de su inmensa amargura, quedaba a Mazzini y Berta gran compasión por sus cuatro hijos.

En ella , porque sabía que su Luz vivía, porque la había estado amando durante tantos años; pero en su Luz, a quien se le revelase de repente que tenía madre en Madrid, ¿qué cariño súbito, qué ternura podía esperar? Esto, al menos, pensaba la señora Condesa. Y sobre todo, por lo mismo que amaba a su hija, tenía vergüenza, le causaba sonrojo la idea sólo de presentarse a ella.

La que, tal vez, o de seguro y sin tal vez, inspiraba amor a muchos hombres de valía; la que con una mirada, con un ligero favor, los hubiera podido llenar de orgullo y de dicha, le amaba a él sólo, y para él sólo guardaba toda la ternura de su corazón, y todo aquel tesoro de belleza, tan deseado y encomiado.

Este poeta tiene una memoria feliz. El pobre hombre no acierta ni por casualidad. Tanto artificio, tanta falsificación poética, la lluvia de lugares comunes, me ponen muy nervioso. Tal vez hubiera llegado a agredirle si no llega a volver la niña rubia que llevó los versos al periódico y que retorna con cinco duros. El mal poeta la besa en la frente con sincera ternura.

No sirve el halago, ni tampoco el palo, ni sirve ser bueno, ni sirve ser malo. Capítulo XV Tres años habían transcurrido. Stein, que era de los pocos hombres que no exigen mucho de la vida, se creía feliz. Amaba a su mujer con ternura; se había apegado cada día más a su suegro, y a la excelente familia que le había acogido moribundo, y cuyo buen afecto no se había desmentido jamás.

La cordobesa, sea de la clase que sea, es todo corazón y ternura: pero sin el sentimentalismo falso y de alquimia que ha venido de extranjis. Su Carmen es el tipo ideal de la humilde y baja de condición, aunque sublime por el alma.

Los pómulos saltaban ahora, y los labios, siempre gruesos, pretendían ocultar una dentadura del todo cariada. , estoy muy envejecida... y enferma; he tenido ya ataques a los riñones... y usted añadió mirándolo con ternura ¡siempre igual! Verdad es que no tiene treinta años aún... Lidia también está igual. Nébel levantó los ojos: ¿Soltera?

Nuestro joven se mostró inflexible; no quiso hablar; afectó tomar una parte muy activa en los juegos de prendas. Entonces la pobre niña dijo con voz débil: Tome V. Miguel no la oyó. Tome V. repitió un poco más alto. Al volverse vio que tenía en las manos un papelito blanco. Comprendió que era el rizo de pelo y lo tomó apretándole al mismo tiempo los dedos con ternura.

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