Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de mayo de 2025
Sube pronto... tengo que decirte una cosa. ¿Una cosa?... Una cosa, sí; una cosa tengo que decirte. La Nela subió y Teodoro no se creyó triunfante hasta que pudo asir fuertemente su mano para llevarla consigo. Domesticación Anduvieron breve rato los dos sin decir nada.
Hay cosas que horripilan; hay personas que no debieran haber nacido, no señor, y Teodoro podrá decir todas las sutilezas que quiera, pero yo me pregunto.... No, no te preguntes nada, hermana querida dijo vivamente Teodoro . Yo te responderé que el suicida merece la más viva, la más cordial compasión.
A la misma hora Teodoro Golfín salía de la casa de Penáguilas. Llegose a él Choto y le dijo atropelladamente no sabemos qué. Era como una brusca interpelación pronunciada entre los bufidos del cansancio y los ahogos del sentimiento. Golfín, que sabía muchas lenguas, era poco fuerte en la canina, y no hizo caso.
El desconocido se levantó un poco el sombrero, descubriendo la frente estrecha y respondió, palabra por palabra: He aquí tu caso, estimable Teodoro: ¡Veinticinco duros mensuales es una vergüenza social!
Misterio no, no volvió a decir Teodoro, más agitado a cada instante es la realidad pura, la desaparición súbita de un mundo de ilusiones. La realidad ha sido para él nueva vida, para ella ha sido dolor y asfixia, ha sido la humillación, la tristeza, el desaire, el dolor, los celos... ¡la muerte! Y todo por....
Estos seres, Teodoro, en mi tiempo, en la tercera página de la Biblia, apenas usaban exteriormente una «hoja de parra». Hoy son toda una sinfonía, todo un engañoso y delicado poema de encajes, batistas, sedas, flores, joyas, cachemires, gasas y terciopelos.
¡Y tú! añadió ella besándole en la frente . ¿Tienes sueño? Sí, principio a tener sueño. No he dormido anoche. Estoy tan bien aquí... Duérmete, niño.... Principió a cantar como se canta a los niños para que se duerman. Poco después Pablo dormía. La Nela oyó de nuevo la voz de la Trascava, diciéndole: Hija mía... aquí, aquí. Los Golfines Teodoro Golfín no se aburría en Socartes.
Hay algunos que lo están... dijo Sofía con impertinencia . La sociedad no puede amparar a todos. Mira la estadística, Teodoro; mírala y verás la cifra de pobres.... Pero si la sociedad desampara a alguien, ¿para qué sirve la religión?
Caminaba la vuelta de Ripi Teodoro, y como cuerdo y practico junto á Ripi se detuvo, porque supo que las cosas de Galípoli, y de los catalanes se iban empeorando. Resolvió de no pasar adelante hasta saber de cierto el estado de las cosas, á más de que temia á Roger por estar ofendido de un hermano suyo que estaba en Cancilio, de donde muchas veces habia salido con gente armada en su daño.
¡El alma murmuró, inclinando su cabeza sobre el pecho ya ha volado! No dijo Teodoro, tocando a la Nela . Aún hay aquí algo; pero es tan poco, que parece ha desaparecido ya su alma y han quedado sus suspiros. ¡Dios mío!... exclamó la de Penáguilas, empezando una oración. ¡Oh!, ¡desgraciado espíritu! murmuró Golfín . Es evidente que estaba muy mal alojado.... Los dos la observaron muy de cerca.
Palabra del Dia
Otros Mirando