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Actualizado: 11 de junio de 2025
Casa sevillana en verano sin gazpacho, sin talla para el agua fresca, no la había, y lo mismo el rico que el pobre consumían gran cantidad del clásico plato andaluz y tenían en lugar preferente el tallero, donde las alcarrazas limpias y rezumantes conservaban el agua como la propia nieve.
Su talla resultaba airosa, aunque inferior a la media, y su rico traje andaluz le dejaba ver en toda su elegancia. Se desató el pañuelo rojo que rodeaba su cabeza, escapándose un bosque de cabellos que casi cubrieron su cara; sus grandes ojos brillaban con un dulce brillo.
Vino aromatizado que sin pena beberse puede siendo de Cazalla, y que ningún cristiano lo condena. Agua de la Alameda en blanca talla, ¿dejáis por el bizcocho de galera y la zupia que embarca la canalla,» etc. etc.
Al pié, al occidente, demora la ciudad, donde hormiguea una poblacion activa y numerosa, de cuyas plazas y mas grandes calles y avenidas se destacan grupos corpulentos de magníficos plátanos orientales, tilos, castaños y otros árboles de gran talla y tupido follaje, rodeando numerosas fuentes de mármol ó de piedra.
Después de esta carta, parécenos excusado decir á nuestros lectores lo que significan la levita de Andrés y el inusitado movimiento de toda su familia alrededor de su equipaje. Por regla general, á los niños, apenas dejan los juguetes, les acomete el afán, sobre todas sus otras aspiraciones, de hombrear, de tener mucha fuerza y de levantar medio palmo sobre la talla.
Tía Nisca logra ver el sitio que se destina á su hijo en la fragata. Sobre la carga que ésta lleva en sus bodegas, se han tendido unas tablas de pino; entre estas tablas y la cubierta, espacio mucho más bajo que la talla de un hombre, se han colocado en fila tantas colchonetas como son los pasajeros: una de ellas es la de Andrés. Este departamento es el que se conoce con el nombre de sollado.
Y el aperador sacaba del armario un amplio cuaderno, en el que se contenía la genealogía y la historia de todo caballo o mula salido del cortijo, con el apodo de nacimiento, padres y abuelos, descripción de la figura, talla, pelo, color de los ojos y defectos que se confesaban generosamente sobre el papel para quedar secretos, dejando a la penetración del comprador el adivinarlos.
Me sentía tan poca vocación por el matrimonio y tanta por el celibato, que he querido darme cuenta de lo que se podía reprochar a esas pobres criticadas. ¿Y has encontrado algo? preguntó Genoveva con interés. No mucho... Veo, sobre todo, muchos prejuicios e ideas hechas que pasan de generación en generación como un gabán viejo que cada cual adapta a su talla y a su gusto.
Presenció en el seno de la Asamblea nacional disputas acaloradas, y encontró en los diputados unos hombres de talla común, que tenían el mismo prurito que los periódicos: la inmodestia de decir cada uno de sí propio, córam pópulo, lo que todos los demás les negaban: que eran lo mejorcito de la casa, y de lo poco que en virtudes cívicas, y hasta domésticas, se encontraba por el mundo.
Por los años de 1752 recorría las calles de Lima un buhonero o mercachifle, hombre de mediana talla, grueso, de manos y facciones toscas, pelo rubio, color casi alabastrino y que representaba muy poco más de veinte años.
Palabra del Dia
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