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Actualizado: 11 de junio de 2025
Hombre añadió el fiscal repantigándose en su silla y metiendo los pulgares por las sisas del chaleco : un Alejandro que tiene por hermanos a un Héctor y un Aquiles, no puede ni debe ser otro de menor talla que el de Macedonia, el Magno, que llamamos la Historia y yo. Además, según mis noticias, es tuerto como su ilustre padre, el jumista Filipo. Otro rasgo de familia...
Tomaban el ferrocarril; se bajaban en Cléres y desde allí se iban á la propiedad de la señorita Guichard. Mauricio había hecho amistad, desde el primer día, con un perro de ganado, de talla colosal, que el dueño de Perceville había traido de Irlanda, y escoltado por aquel formidable compañero, de un olfato admirable, bloqueaba las cercanías de la prisión de Herminia.
Era de tamaño natural, huérfano en absoluto de valor artístico, pero les parecía notabilísimo, y sobre todo, muy propio: el marido aseguraba que era talla de Alonso Cano; la mujer se lo atribuía a Juan Sebastián El Cano, y ambos creían recordar que un inglés pretendió comprárselo a peso de oro a la tía de quien lo heredaron.
Lionel, que admiraba las hembras de su talla, tenía que trabajar con muñecas que apenas le pasaban del codo, mujeres «de bolsillo», que podía meter en cualquiera abertura de su traje. A su esposa, la esbelta y fuerte Mina, la besaba de frente, sin necesidad de bajar la cabeza y doblar las vértebras.
El despacho era una monada, por lo pequeño y lo primoroso. Parecía el interior del estuche de una joya. Oro, blanco, rosa y azul. No había más colores allí. Azul y oro, en el tapizado de las paredes; oro y blanco, en los muebles de menuda talla, estilo Luis XVI, y rosa, blanco y azul, en alfombras y colgaduras.
Se sumió otra vez el joven en su monótona labor de dibujante lineal; pero á los pocos instantes sus ojos volvieron á levantarse del papel. Ahora creyó ver en el fondo de la habitación á Celinda montada á caballo; pero no como una amazona pigmea, sino con su talla ordinaria.
Los Arraces ufanos, con el miedo Que yo no les tomase su cristiano, A Tituan con priesa lo llevaron, Y en siete mil ducados le tallaron. Un tan ilustre y rico caballero Por tal vil precio distes, vil canalla? Tanto os acudiciastes al dinero? Tan grande os pareció que era la talla, Que le añadistes otro compañero, El qual solo pudiera bien pasalla?
Casi tocando con la silla de mi mujer, estaba sentado un viejo militar, de una gran talla, con cabello muy blanco y una de las barbas más venerables que en mi vida he visto. Nos oyó hablar, y nos dirigió en el acto la palabra, con ese aire de jovialidad afectuosa con que tratamos á un individuo de nuestra familia. Hablaba en castellano, de un modo violento; pero que se dejaba comprender.
18 Entrando, pues, aquellos en la casa de Micaía, tomaron la imagen de talla, el efod, y el terafin, y la imagen de fundición. Y el sacerdote les dijo: ¿Qué hacéis vosotros?
Os han enseñado un origen del mundo mezquino y rudimentario, el que imaginaron unos cuantos judíos haraposos e ignorantes en un rincón del Asia, y que, escrito en un libro, ha sido aceptado hasta nuestros días. Ese Dios personal, semejante a nosotros en su forma y sus pasiones, es un artesano de gigantesca talla que trabaja seis días y forma todo lo existente.
Palabra del Dia
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