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Actualizado: 10 de junio de 2025


El cosquilleo le molestaba mucho y también la visión calenturienta de millares de puntos luminosos o de tenues rayos metálicos, movibles, fugaces, imágenes de los malditos y nunca bien execrados pelos que conservaba la enferma retina.

Es indudable: se necesita nacer con un organismo musical para distinguir en los tintes del estilo las obras de los poetas clásicos del sonido. ¡Con qué solemne majestad traducía a Beethoven! ¡Qué ligereza elegante y delicada adquiría su mano para bordar sobre el teclado uno de esos tejidos aéreos de Mozart, tan tenues como los hilos invisibles con que dirigía su carro la reina Mah!

Ella estaba lejos... ¡Quién sabe lo que podría ocurrirle como un choque reflejo de este acto impío!... Hizo sus preparativos para acostarse, huyendo la mirada del retrato. Al tenderse en el lecho y quedar en la sombra, sus temores y remordimientos se fueron aligerando, hasta no ser más que tenues nubes que se llevaba el sueño por delante con la escoba del olvido.

El espacio se había limpiado de tenues neblinas, transpiración nocturna de los húmedos campos y las rumorosas acequias. Iba á salir el sol.

Calló el pájaro adivinando la presencia de los amantes. Oyó sin duda el ruido de sus cuerpos al caer al pie del árbol, las palabras tenues murmuradas al oído.

Fueron tres mariposas de alas tornasoladas, Que al encontrar amargas las flores del jardin, Al cielo se elevaron, buscando atribuladas Las flores con que ciñe su frente el serafin. Fueron tres chispas ténues de la divina hoguera Que vuestros corazones de casto amor llenó, Chispas que remontaron á la celeste esfera, Y que en estrellas fijas el cielo convirtió.

Allí la inmensidad por todas partes: inmensa la llanura, inmensos los bosques, inmensos los ríos, el horizonte siempre incierto, siempre confundiéndose con la tierra entre celajes y vapores tenues que no dejan en la lejana perspectiva señalar el punto en que el mundo acaba y principia el cielo.

Todo, no obstante, era silencio. Pero a D. Felicísimo se lo antojó que oía fuertes golpes en la puerta de su casa. «¡Quiéngritó tres veces poniendo entre cada grito larga pausa de espera. Mas un silencio lúgubre seguía reinando en la mansión desierta. De improviso sintiose por el techo como un aluvión de pisadas tenues, pero en tal número que formaban imponente estrépito.

Dulzura, suavidad, amigas mías. Los hombres rompen los eslabones de una cadena de hierro; en cambio hallan agradable la atadura si ella está formada por tenues hilos de seda. Sean nuestras palabras como nuestros brazos en las horas de deliquio: suaves, blandas, dóciles. Yo, como mujer, gusto mucho de oir hablar a los maridos de sus respectivas esposas.

dando tumbos, despéñase un torrente: entre un choque ruidoso de guijarros y un murmullo de roce de chinarros se desliza del río en la corriente. Vuelve a lucir el sol. La lluvia es fina como agujas de plata, en cuyos ojos ténues hilos de oro el sol enhebra; pero quiere bordar, en sus antojos, un capricho en el agua cristalina y las agujas y los hilos quiebra.

Palabra del Dia

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