Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de junio de 2025
Las formas del diálogo, un tanto desenvueltas y libres, contribuyen tambien á la impresion de disgusto que producen las citadas comedias en el ánimo del que está acostumbrado á una literatura dramática digna y moral, que sin ser fanática ni supersticiosa, respeta siempre la moral, enseña máximas consoladoras, ofrece tipos nobles, y no ofende jamas el pudor de las madres ni de las hijas.
Nélida iba a llegar: ¡y quién sabe con qué comentarios de juventud insolente y triunfadora saludaría la belleza de Teri, de un esplendor melancólico, fino y suave, como el de las primeras mañanas de otoño!... Para evitar un sacrilegio llevó sus manos al retrato, ocultándolo entre las ropas del armario. Al hacer esto tembló con una inquietud supersticiosa.
En lugar de tratar de calmar sus temores, los alentaba con esta idea supersticiosa e inherente a cada uno de nosotros de que cuando más se espera el mal resueltamente, menos probable es que suceda; así fue que cuando oyó que se acercaba un caballo al trote y vio que un sombrero sobrepasaba la cerca más allá del codo del sendero, le pareció que su conjuro había tenido éxito.
Sintió el pobre viejo una compasión supersticiosa; aquel ser vaporoso que se le aparecía de repente en silencio, pisando como un fantasma, lo quería él en aquel instante con amor de padre que teme por la vida de su hija, y lo temía al mismo tiempo como a cosa del otro mundo.... «¡Qué fácil era asesinar con una palabra a la pobrecita enferma, que acaso no era responsable de su delito!
Al abrir el duque la puerta del camarín, retrocedió y tembló. Sintió pavor á impulsos de una impresión supersticiosa. Sentado en el sillón del duque, arreglando unos papeles, estaba el tío Manolillo. El camarín no tenía más entrada que aquella por donde había ido el duque: una reja le daba luz, y aquella reja tenía vidrieras de colores.
Realizaban la ilusión acariciada tantas veces en su época de pobreza. «Pruébelo, doctor: es de lo más selecto de la Rioja: á tantos duros la arroba.» Otros se cubrían de brillantes las manos y el pecho, pero cuidaban de ellos con meticulosidad supersticiosa, como si fuesen animalillos delicados y frágiles que al menor roce se podían desvanecer.
Lo que más me asusta es pensar que de esa casa podría venir otra vez, para mí, alguna gran desgracia. Son gente algo rara, como lo fue tu marido, y los abuelos de tu marido. Todos han tenido fama de raros. Y anda Adriana con ese mismo aire de misterio que tenía Zumarán antes de matarse por la viuda de Aliaga. No seas supersticiosa, hija. Es que tú no sabes, ella ha salido a su padre.
Muchos fueron muertos á manos de aquella bárbara i supersticiosa canalla; pero como el rei don Manuel se ofendiese grandemente del tumulto, dispuso que fuesen presos muchos de sus autores i cabezas, i en ellos mandó hacer graves escarmientos.
La estimación supersticiosa, profesada á los preceptos aristotélicos y á los de Boileau, delirio verdadero que ha influído en la literatura de todos los pueblos, con grave daño suyo, apartándola de la senda de su desenvolvimiento natural, ha sido extirpada hasta en los pueblos más obstinados en obedecerla; la traducción francesa de la dramaturgia de Schlegel, publicada poco después del original, demostró á muchos, hasta en la patria del clasicismo moderno, la importancia de las antiguas preocupaciones, y preparó el camino á los románticos, cuyo triunfo fué completo en breve.
En ella la barbarie y la tosquedad eran tales, que ahogaban los sentimientos generosos que a veces brotaban en su corazón cual hierbecilla en la grieta húmeda. Una religiosidad sonora y supersticiosa no bastaba a suplir en ella la falta absoluta de luces y de ideas morales.
Palabra del Dia
Otros Mirando