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Actualizado: 20 de octubre de 2025


Esta palabra, de invención científica reciente, hacía ver al capitán Ferragut el más humilde é interesante de todos los personajes del Océano. El plancton es la vida que flota en grumos sueltos ó formando nubes á través de la superficie nerítica, descendiendo hasta las profundidades abisales. Allá donde iba el plancton iba la animación viviente, agrupándose en apretadas colonias animales.

No llevaban, como los aviadores, una larga pluma en su vértice. El adorno de su capacete consistía en dos alas del mismo metal, y hacía recordar el casco mitológico de Mercurio. Todos estos soldados eran de aventajada estatura y sueltos movimientos. Se adivinaba en ellos una fuerza nerviosa, desarrollada por incesantes ejercicios.

Ese descenso interminable, por un camino que la calzada de piedra destruida hace imposible, el sol, que caía a plomo, la mula, cansada, afirmando el pie lentamente en las puntas de los guijarros sueltos, todo empezaba a darnos fiebre.

Está ahí la modista arreglando los vestidos de Milagros... Paquito, que acababa de entrar de la calle, se sentó junto a su padre para contarle algunas anécdotas de las que corrían y leerle sueltos de periódico. Aquella tarde fue Milagros, que también había ido las anteriores, demostrando por la salud del Sr. D. Francisco un interés verdaderamente fraternal.

Pero de esta indiferencia del público le compensaban los elogios de sus compañeros de la Alta Cámara, a los que había regalado el libro y lo conservaban intacto sobre la mesa, sin cortarle las hojas; los sueltos laudatorios de los diarios, obra también de gentes que no hacían mas que pasear la mirada por el índice. El prólogo del jefe lo habían publicado todos los periódicos del partido.

Ramon Montaner visto el daño que habian recibido los Genoveses, y que ya no tenian dardos que tirar, sus escuadrones desechos, la mayor parte heridos, los demas cansados y rendidos al rigor del combate, y del tiempo, por ser el mes de Julio poco después del medio dia, con cien hombres, y seis caballos, sin armas defensivas por ir mas sueltos, salió á pelear.

Sus facciones, notablemente correctas y delicadas: perfil griego, frente pequeña y bonita, nariz recta, labios rojos un poco gruesos; la tez, un prodigio de la naturaleza, mezcla de alabastro y nácar, de rosas y leche, debajo de la cual corría la vida abundante y rica. Los cabellos, negros y brillantes, estaban sueltos, manchando con el aceite perfumado la almohada de batista.

Nada habéis hecho dijo Quevedo , si no quemáis también vuestra ambición y vuestra soberbia. ¡Siempre cruelísimo conmigo! ¿por qué no me ayudáis? Porque no quiero. ¡Breve estáis! Tengo prisa. ¿Y á qué habéis venido? A atar unos cabos que si se quedasen sueltos podrían enmarañarnos. Veamos. Recordad que sangre tenían los papeles que habéis quemado. ¿Habéis muerto ó herido?...

Lo único que afeaba aquella figura hermosa e imponente, era cierta desproporción entre la cabeza y el tronco: era un poco cabezudo. Miguel se había quedado pequeñito y menudo: poseía en cambio una fisonomía expresiva y simpática, modales sueltos y un modo de hablar tan agraciado, que cautivaba a cuantos le trataban.

Poco a poco, Bettina recobraba la ventaja sobre madama Scott, en el pensamiento de Juan. Aparecíasele risueña y ruborosa, en medio de las olas de oro de sus cabellos sueltos.

Palabra del Dia

reclinándose

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