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Actualizado: 4 de junio de 2025
Al cabo de un momento el visitante vió á través de los vidrios un viejo que se dirigía á abrir la puerta. El criado, agradablemente sorprendido, quitó á Marenval el gabán y le dijo con tierna familiaridad: Sí, Señor, las señoras están en casa y se van á alegrar mucho de ver al señor, después de tanto tiempo...
Generalmente esta confianza se la autorizan los amigos de mucha intimidad... Y francamente, por ahora no puedo contarle a usted entre ellos. El marquesito, cada vez más sorprendido, balbuceó: No pensé que eso tenía nada de particular... Con Clara y con su hermano siempre hemos mantenido relaciones muy íntimas.
Parecía que quien la había hablado de tal modo tenía autoridad para hacerlo. Pepe dijo sorprendido: Perdóneme Vd.; pero el error no es mío. Ha tomado Vd. como grito de la pobreza escarnecida, acaso de una envidia inconsciente lo que ha sido una observación sencillísima. ¿Cómo ha podido Vd. creer que yo me atreviera a tanto? ¿Qué soy para Vd., señorita?
Amaury, sorprendido, no queriendo que se notase en la casa su prematura llegada, se escondió rápidamente tras un grupo de árboles, creyendo que así no sería visto.
En vano había intentado animarla, recomendándole que aceptase con serenidad la ausencia de su hombre para no hacer daño al otro ser que llevaba en sus entrañas. Porque esa infeliz va á ser madre. Oculta su estado con cierto pudor, pero yo la he sorprendido desde mi ventana arreglando ropitas de niño. La mujer le había escuchado como si no le entendiese.
Acudieron los nuestros á visitarle, persuadidos á que también á éste como á otros la tribulación le habría abierto los ojos para arrepentirse de su pecado; pero sorprendido de un accidente y sintiendo que se le acababa la vida, llamó á sus parientes y amigos y les dijo: «Verdaderamente, hermanos míos, que soy desgraciado é infeliz, pues por mis delitos pasados estoy condenado á arder para siempre en las penas eternas del infierno.
Entonces, sin detenerse más, se arrojó en sus brazos y enjugó con besos las lágrimas que humedecían su rostro. ¿Qué es esto? ¿Por qué lloras así? dijo doña Manolita. Y sin contestar a la pregunta, preguntó a su vez doña Luz. ¿Cómo te has entrado hasta aquí? ¿Qué te trae a verme tan de mañana? ¿Por qué me has sorprendido?
Simoun levantó la cabeza y aunque su mirada no se podía leer oculta por sus gafas azules, en el resto de su semblante se podía ver que estaba sorprendido. ¡Bonita réplica! dijo; pero témome que se guasee y me pregunte cuándo se convertirá el agua en vapor y cuándo en océano. ¡El P. Camorra es algo incrédulo y muy zumbon!
Pero a lo mejor cambia el viento y vuelve a ser la misma chica alegre y bulliciosa de siempre. Claro está que desde que es religiosa ha mudado mucho; se conoce que la pobre procura dominarse. Pero como, según dicen, genio y figura hasta la sepultura, cierto modo de hablar desenvuelto y alegre, que a usted le habrá sorprendido en una monja, no ha podido reformarlo.
Cuando Rafael le encontró en el puente después de la procesión, estaba próximo a venir a las manos con unos cuantos rústicos, indignados por sus impiedades. Separándose de los grupos hablaron los dos de los peligros de la inundación. Cupido se mostraba, como siempre, bien enterado. Le habían dicho que el río se llevaba agua abajo a un pobre viejo sorprendido en un huerto.
Palabra del Dia
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