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Actualizado: 23 de junio de 2025


Al principal llaman Mapono, y es el maestro, con quien el pueblo consulta las cosas de su conciencia y á quien manifiestan sus necesidades, de las cuales hace relación en el Consejo de los dioses y les solicita el remedio. No habla solamente en la iglesia con los demonios, sino que ellos se dignan también de visitarle en su casa y tratarlo con toda afabilidad y cortesía.

En el curso de ella, á ruegos de Don Mendo y con su apoyo, solicita el viejo Lope el indulto de su hijo. Este vuelve á la casa paterna, y el amor enlaza pronto su corazón con el de Violante; pero la índole aviesa del joven Lope no se refrena por esto, sino, al contrario, se manifiesta sin tardanza tal cual es, en pendencias y en todo linaje de excesos.

Desde la imprevisión obscura del salvaje, que sólo divisa del futuro lo que falta para el terminar de cada período de sol y no concibe cómo los días que vendrán pueden ser gobernados en parte desde el presente, hasta nuestra preocupación solícita y previsora de la posteridad, media un espacio inmenso, que acaso parezca breve y miserable algún día.

Lucharon contra la pobreza, contra la usura, y sucumbieron sin dejar de quererse: él siempre amante, solícita y cariñosa ella; ejemplo ambos de abnegación, de esas altas virtudes que se esconden avergonzadas para que no las vean la ley y la religión, como el noble haraposo se esconde de sus iguales bien vestidos.

Todavía iba a preguntar ¿por qué te reiste como un demonio cuando Fernando me engañó? Pero sin hacer aquella última interrogación se levantó solícita y atenta, porque había crujido la hoja del jergón bajo el cuerpo trémulo del agonizante.

En aquella atmósfera de las colinas, al pie de la sierra, en aquel aire vivo, de olores balsámicos, encontró cordial a la vez purificante y vivificador, que le servía de alimento, o bien una química sutil que convertía la leche de burra en cal y fósforo y demás nutritivos elementos. Edmundo se inclinaba a creer que era lo último, y su solícita y esmerada atención.

Aparte estos frecuentes nublados, la favorita no intervenía más que en los quehaceres de su cargo, sin despegarse de las niñas, a quienes acompañaba a la iglesia, tan melosa y solícita, que ellas no podían sufrirla.

Con la tila y el azahar Anita acabó de serenarse. Respiró con fuerza; sintió un bienestar que le llenó el alma de optimismo. «¡Qué solícita era Petra! y su Víctor ¡qué bueno!». «Y había sido hermoso, no cabía duda.

Virey; que se halla sin facultades para renunciarla; que lo que en su concepto solicita alguna parte del pueblo, no debe influir á la menor innovacion; y que teniendo el mando de las armas, está estrechada á sugetar con ellas esa parte descontenta; acordaron, se le conteste sin pérdida de instantes, en estos términos: haciendola responsable de lo contrario de las consecuencias que pueda causar cualquiera variacion en lo resuelto.

Después que la ha herido mortalmente, reconoce el padre á su perdida hija, y mientras los suyos la rodean afligidos, exclama Del cielo he de ser cosaria, Que pues la piedad inmensa Al pecador busca, y ama Al que se convierte; yo, Como el ciervo que las aguas Solicita, le deseo; Ya son suyas mis entrañas.

Palabra del Dia

rigoleto

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