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Actualizado: 9 de noviembre de 2025
Tales son los celos y las pretensiones de amor exclusivo, que, cuando un galán habla con su dama, en la ventana, no consiente que ninguno de los transeuntes pueda molestarlo en lo más mínimo, habiendo de morir, sin falta, el que lo haga; la obligación de recíproca ayuda entre los caballeros faculta al que ha dado muerte á alguno, si lo persigue la justicia, á pedir socorro al primero que se presente, debiendo éste acceder á su demanda, prescindiendo de todo deber y de toda otra consideración.
Yo hubiera deseado pedir perdón a su alma por no haber estado junto a su cuerpo moribundo para consolarle con palabras de esperanza y recibir su último suspiro. «Estaba la puerta de la cabaña abierta, y una cabrita no hacía más que balar y entrar y salir, como si pidiera socorro para su viejo compañero.
Los Cários enviaron á pedir al general socorro, avisándole que los Maigenos los tenian cercados por todas partes, sin poder volver ni ir adelante. Despachó luego el general 150 cristianos, con algunos caballos, y 1,000 Cários, dejando los demas soldados en guarda del real, por si los Maigenos le acometian.
Que el consejo de la ciudad, viendo los escandalosos movimientos, y no queriendo usar de rigor, llana y pacíficamente habia hecho requerir á los familiares y gente del obispo, intimándoles se desarmasen y desencastillasen, dejando libres las torres y castillos; á lo que no quisieron ellos condescender, antes por el contrario, obedeciendo á las sugestiones del obispo, siguieron haciéndose fuertes, esperando su socorro, invocando en las torres á su ilustrísima y á la demas gente que en su ayuda venia, á cuyas señales dicho señor y los de su concierto respondieron, con lo cual, creciendo el endurecimiento y obstinacion de sus familiares, empezaron á tirar contra la ciudad y contra los que estaban ocupando la fábrica y obra de la iglesia, donde mataron é hirieron muchos hombres.
La misma pena llevaron otros que se atrevieron á ultrajar la santa cruz que el P. Lucas había hecho levantar en los Tapacurás para que en ella tuviese la gente á donde acudir por socorro en sus necesidades.
Me escuchó y respondió: «Necesitaríais veinte a treinta mil dollars, y nadie os prestará esa suma sobre las inciertas probabilidades de un pleito muy complicado; ¡sería una locura! Si sois desgraciada, si necesitáis algún socorro... No es eso lo que pide miss Percival, padre mío, dijo con viveza Richard.
«Pero hombre, no te apures le decía su mujer . Volverás a los Santos Lugares». ¿Pero tú crees, tonta, que van a quedar Lugares Santos? Todos serán lugares pecadores. Verás la que se arma: guillotinas, sangre, ateísmo, desvergüenza, y por fin, vendrán las naciones... no te creas, ya puede que estén viniendo... en socorro de la Reina; vendrán las naciones y se repartirán nuestra pobre España.
En aquel trance se arrodillaron los hermanos clamando al Cristo: «¡Socorro, Señor!» El desalmado disparó el trabuco, pero quien quedó alma del otro mundo fue él mismo, porque quiso Dios que en las manos se le reventase el trabuco. ¡Y el trabuquillo era flojo en gracia de Dios!
¡Bah! ¡bah! exclamó alzando la voz y apartándose . En cuanto tengáis unas copas de Jerez en el cuerpo, se van a oir los besos que os deis, desde la calle. -Socorro quedó acortada mordiéndose los labios. Temía que Amparo hubiese advertido algo.
En este año imploró el cabildo con rogativas el socorro divino contra el desembarco de los ingleses en Andalucía, y ofreció donativos á la reina gobernadora para repelerlos: lo que tuvo feliz resultado con la cooperacion de todas las personas notables de la provincia.
Palabra del Dia
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