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Actualizado: 1 de julio de 2025


Emma acabó también por aplaudir, y la Gorgheggi no tardó en fijar la atención en aquellas dos señoras que tenía tan cerca, y que, por excepción, unían sus aplausos a los del sexo fuerte.

En las horas de tranquilidad, cuando la hartura les hacía conversar plácidamente como dos amigos del mismo sexo, Ulises evitaba las alusiones al pasado y le dirigía preguntas sobre su vida actual.

La discusión fué larga y templada, y aunque las representantes del sexo débil abusaron de la palabra, no se oyó una más alta que otra, viniendo todas á un perfecto acuerdo tan luego como la digna Tintay lanzaba por entre olas de negra saliva su consabido osus-María-seff.

No puede ser mero accidente orgánico el ser de un sexo o de otro, sino calidad esencial del espíritu que informa el cuerpo. Repito, no obstante, que no implica esto que se inferioridad en las mujeres, ni en el alma ni en los órganos que la sirven. Los españoles nos hemos inclinado siempre a creerlas superiores en todo.

Es triste tener que matar á una persona de su sexo. ¡Matar á una mujer, y además una mujer hermosa!... Pero sin embargo, resulta preciso... Creo que la fusilarán de un momento á otro. El Mare nostrum hizo otro viaje de Marsella á Salónica. Buscó en vano Ferragut antes de partir nuevas noticias de Freya en los periódicos de París.

Bobard, que tenía un hijo en el colegio, insinuó en seguida á Clementina que podía encontrar en ese muchacho un hijo sólido, obediente y respetuoso, pero un varón no convenía á la señorita Guichard. El instinto de su sexo le hacía desear una niña.

Este parecido inexplicable que nos une, á tan pequeño y á usted tan enorme y poderoso, me inspira confianza. Además, ¿qué interés puede tener usted en perderme? Los dos pertenecemos al mismo sexo; usted es hombre, y no creo que encuentre muy aceptable el gobierno de las mujeres. Ya conocerá usted más adelante lo que es ese gobierno.

Llegó á ella, echó su gente en tierra, y saqueó la mayor parte de sus pueblos, degollando sus moradores, sin perdonar edad ni sexo, destruyendo y abrasando los pudiera ser de algun provecho y comodidad; porque como fué esta empresa la primera que ejecutaron después de tantos agravios, mas se dió á la venganza que la codicia.

Formaban la comitiva, entre otros, el novio, el propio capitán Núñez, con aquellos de sus compañeros menos propicios al sexo femenino, Granate, D. Enrique Valero, Saleta, Manín y otros pocos. Al conde no se le pudo arrastrar porque no se le halló. Se dijo que estaba dando órdenes a los criados y vigilando algunas obras allá lejos, pero no se le halló tampoco en ellas.

¡En cuánto a eso respondo de ello! exclamó riendo, y no tendríamos necesidad de filosofar para alcanzar tal resultado. Pero si os es lo mismo, preferiría no cambiar de sexo y ser vuestro tío. No quisiera otra cosa, porque no soy como Francisco I, no; tengo por las mujeres una acentuada antipatía. ¿De veras? preguntó riendo, ¿conocéis los gustos de Francisco I?

Palabra del Dia

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